Desde que Beach House dieron con la tecla -la correcta- del dreampop, la ola ha ido creciendo hasta tener unas dimensiones de tsunami. La cantidad de nuevas bandas que se suben al carro del sonido entre descuidado y ensoñado ha desvirtuado un género entero, como ya ha ocurrido tantas veces. El formato dúo es fundamental y entre ellos aparecieron Cults que, sin ofrecer nada nuevo, lograron hacerse camino desde las calles de Manhattan.
Su debut homónimo contentó a público y crítica. Bajo una portada que evocaba al rock más hiperactivo se escondían 11 cortes bien elaborados, preciosos y que funcionarían tanto con los sonidos propios del dream como del pop más clásico. Quedaba claro que su apuesta eran las canciones. Con este segundo trabajo de nombre ‘Static‘ (Sony, 2013), Cults han buscado quitarse capas sonoras y han conseguido encontrar un sonido más limpio bajo los tonos de Madeline Follin. El lo-fi va dejando paso a una apuesta más por una escucha más directa.
Este segundo capítulo no te cambiará la vida pero puede convertirse en un amor efímero. Cuerpo bonito y dulces palabras que con el tiempo recordarás de forma borrosa. Armas no le faltan. ‘Were Before’, ‘High Road’, ‘Always Forever’ o ‘We’ve Got It’ son canciones con un jugo agradable e incluso atractivo que puede pecar de demasiado azucarado con riesgo de caer en lo monótono. La dupla busca aportar toques distintos a lo hasta ahora presentado pero no parecen otra cosa que juegos diferenciadores. Igual que aquellos amores de una noche.