MEMPHIES INDUSTRIES
[2012][7,2]
La creatividad es un arma poderosa en la música, si no primordial, y Field Music recupera esta intrínseca faceta como estandarte propio en su cuarto álbum de estudio, Plumb (2012). Los ingleses retoman con su último disco hasta la fecha la senda del art rock y el rock progresivo en un trabajo inspirado que ofrece un nivel de gran calidad, salpicado en contadas ocasiones por temas memorables y temas de relleno a partes iguales.
Se pueden escuchar influencias del rock británico de los sesenta o setenta, como Led Zeppelin en Start The Day Right o The Beatles en su etapa más experimental, reflejado en temas como A Prelude to Pilgrim Street o So Long Then, pero todo ello arropado por un fuerte influjo del rock progresivo iniciado por clásicos como Rush o Yes. Cambios constantes en las dinámicas y en los tempos, a cada cual más enrevesado, que aporta un aire fresco a la música de los británicos, además de dotarla de una complejidad compositiva y una plenitud total en el paso de las canciones.
Una experimentación controlada, todo bien sujeto y, lo que es más difícil en este estilo, coherente respecto a la composición general y siempre a favor del sentido de los temas por separado. Temas como Guillotine, espectacular corte digno de mención. Se trata de una montaña rusa, donde las bases y los distintos adornos bailan entre sí en una vorágine dinámica e imparable. Estructuras variadas que raramente se repiten, perfectamente implementadas en el disco y que todas actúan en pos de una mayor efectividad en los propósitos de cada uno de los 15 temas que completan el álbum. Efectivamente es duradero, y debido a la constante transformación de los temas, más que hacerse largo, puede dejarte ligeramente confundido; no es un disco de una sola escucha, para hacerte con él tienes que darle tiempo, dejarlo reposar e ir identificando poco a poco los distintos elementos que lo hacen admirable.
El trabajo de la base rítmica, con esa compenetración entre bajo y batería, es uno de los puntos fuertes de la banda. En un álbum que hace uso de marcas de tiempo y patrones rítmicos tan intrincados (sin llegar a ser la locura del new jazz), con ritmos sincopados en tempos medios y demás virguerías de las que alardea el binomio rítmico. Para mantener una homogeneidad y claridad factible para la propia banda y el público hace falta una buena línea base que poder seguir, y aquí cumplen. En Who´ll Pay The Bills?, el comienzo de batería, con un 4/4 sincopado entre compases, y el outro final con sutiles pero potentes cambios en la rítmica del tema, evidencian esta fabulosa compenetración y fantástico trabajo.
Los arreglos de guitarra, violines y piano se fusionan con los apoyos corales perfectamente. Las armonías vocales son en ocasiones simples pero eficientes; no llegan a un virtuosismo exacerbado, pero cumplen sobradamente. El tema vocal How Many More Times? realza esta característica, en un ejercicio a capella de armonías vocales sin variadas melodías vocales pero de alguna manera emotivo y hermosamente ejecutado.
Un trabajo con algún pequeño altibajo, que no malo desde luego, simplemente más común, como en el indie rock de Just Like Everyone Else, pero que aún así mantiene un nivel superior. Con pasajes que recuerdan nostálgicamente a los mencionados Rush y la fantástica ola progresiva, con el mismo impulso innovador y voracidad creativa, que se plasma en un trabajo exquisitamente detallista y rebosante de talento y calidad.
por José Roa
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