En Marzo del 2010 Los Planetas comenzaron una extensa gira por algunos países de América Latina, partiendo de la ciudad mexicana de Pasagüero: la ciudad se volcó con la banda granadina, que abrió su concierto con una una banda completamente desconocida por esas tierras: Nudozurdo.
No es casualidad que J se refiriera a ellos como una de las pocas bandas españolas a tener en cuenta estos últimos años: las melodías cálidas, las atmósferas envolventes, asfixiantes; un sonido opresivo que, bajo la cálida voz de Leopoldo Mateos (magnífico cantante con una voz sorprendente e íntima), te sumerge en su mundo onírico y sorprendente.
Y resulta que ayer, jueves 9 de Junio, la madrileña sala Rock Kitchen se puso de gala para cerrar su ciclo de conciertos Pop & Dance, que aglutinó a lo más contemporáneo de la música independiente actual, recibiendo a Nudozurdo.
La banda madrileña dio un concierto magnifico en el que presentaron su último disco (“Tara Motor Hembra”) de una forma sorprendente, desconcertante e íntima; y es que Leopoldo Mateos es uno de los autores más interesantes que podemos encontrar: su inmensa voz marcada por un tono cálido, envolvente consigue sumergirnos en las despiadadas atmósferas armónicas y en su mundo de situaciones imponentes, siniestras y sofocantes.
Tenía razón el cantante de Los Planetas, que se hubiese sentido muy cómodo en el concierto que ayer ofreció un grupo que, pese a sus diez años de andadura, publicó su primer largo en el año 2008; y es que el público que ayer acudió a la cita se encontró en primer lugar con una magnífica interpretación de “Viaja hacia mí” (un guiño a su primer álbum), seguida de Golden Gotelé: uno de los mejores cortes de su último disco que ayer se mostró cambiante, maduro; Leopoldo Mateos consigue dar un sentido a sus discos dándoles una vida, un crecimiento. Y ayer lo consiguió: todos los allí presentes nos mostramos sorprendidos con un set magnífico (de una hora y media de duración), desconocido y sorprendente.
Especialmente geniales estuvieron “Mil espejos” y “Ganar o perder” (ambas de su Sintética), esta última con un descubrimiento esclarecedor: el conseguido muro de sonido bajo la voz de Leopoldo me trasladó completamente a una de mis bandas favoritas de lo 80, Los Elegantes: y es que la voz de Nudozurdo tiene clara influencias de la banda madrileña liderada por Juan Ignacio de Miguel, “el Chicarrón” cantante con un tono muy parecido a Mateos.
También debemos resaltar “Ha sido divertido”; otro corte de Sintética (disco con un gran peso en el concierto) y analizado desde un punto de vista sorprendente, marcado el peso de una línea de bajo pesada, cargada y con unas guitarras libres, ligeras frente a la densidad rítmica. Un corte muy celebrado y que consiguió poner a todo el mundo en un trance frenético que alcanzó su clímax con “El hijo de Dios”: canción inmensa, genial (para un servidor, la mejor del concierto); ésta ya venía precedida por la “planetaria“ “Dentro de él”, pero con una interpretación inmensa, salvaje, primitiva: en algunos momentos podía verme metido en “La rave de Dios” de Pony Bravo. Nudozurdo despegó en este momento y el público lo notó: cuando el indiferente Leopoldo Mateos entró en trance, bailando alrededor de una hoguera ficticia, el público le siguió sin dudarlo.
Y ya después vinieron los bises: “Laser Love” y “Negativo” estuvieron bien, pero después de las representaciones anteriores estábamos todos ya un poco exhaustos y cansados, aun que la banda se defendió perfectamente después de un concierto intenso y magnífico. Pocos se dan así ahora mismo, en que el público entre directamente con la banda y viceversa.
Y ya por último hacer una mención especial a La Débil, con su genial directo (cuando entrabamos solo podíamos escuchar “quién será la próxima víctima del hombre”) con una banda muy valiente frente al escenario.
El único fallo de la noche, más que fallo sorpresa, fue el horrible olor a comida que venía de un tipo argentino muy simpático que se recorría la sala con una bandeja gritando: “Patatas rellenas y empanadas a dos euros”.
Luis Fernández
Foto: SuferRosa.es