El diario Marca es el periódico (con un amplio margen), más leído de España. Tanto su edición en papel como su web -la número 11 más visitada desde España y la número 334 con más tráfico en todo el planeta- congregan millones de usuarios activos al día. Cualquiera que sepa de cifras en el entorno digital sabrá que esto es una barbaridad. ¿Por qué estas cifras?. Obviamente, no tenemos que dejarnos llevar por la calidad de la información. En Marca, como en tantos otros medios, se trata de polemizar y no de informar, de desacreditar y no de opinar. Una especie de Telecinco extrapolada al terreno del «periodismo» deportivo. En su web podemos encontrar, en la mayoría de sus artículos, cientos, en ocasiones miles de comentarios de gente con mucho tiempo libre y poca educación.

El fenómeno fan ha existido siempre, desde aquellos tiempos de las batallas entre los fans de Verdi o Wagner por la supremacía de la Ópera.

Un fan o aficionado, es alguien que tiene un inmenso y a veces abrumador interés sobre una persona, grupo de personas, producto, idea o tendencia. La unión de estos fans en grupos pueden convertirse en los llamados fan clubs o clubs de fans, convenciones de fans, crear fanzines o actividades similares. La palabra fan proviene de fanático. El fanatismo es la pasión exacerbada e irracional hacia algo, sin que el fanático o grupo de fanáticos toleren su tratamiento o estudio del mismo. Existen varios tipos de fanatismo, y se producen debido a la afinidad con una persona, religión, ideología o un pasatiempo entre otros tópicos. Esta conducta puede ser tanto sana como agresiva.

Los fans musicales se pueden comparar a los fans de un club de fútbol. Esa pasión que despierta sentir unos colores es la misma que levantan, dia a dia, los o las trendsetter de turno. Disfrutar de la música de forma sana no está de moda, no es mainstream como diría aquel. ¿Qué no te gusta el nuevo disco de Mumford & Sons? «Retrasado el que haya escrito esto, sin más.». ¿Hablas mal de Arctic Monkeys? «Que no tienes ni puta idea de música, joder». ¿Que es pésimo el nuevo disco de Supersubmarina? «Tu eres un idiota y además seguro que eres un becario.» ¿Qué has dicho de Muse? «Infórmate sobre la segunda Ley de la Termodinámica y luego escribe el artículo.» ¿Michael Jackson qué? «Esta claro que últimamente dejan sacarse la carrera de periodista a cualquiera o bien habrán dejado escribir esta vez al becario para que joda una noticia.» ¿Has dicho que Coldplay hacen todas las canciones iguales?: «Acabas de hacer la demostración de ignorancia más grande que he visto en mucho tiempo», «Estupidoooooo!!! Idiota!!! No sabes nada !! Ignorante sos vos!! Que hablas cualquier cosa sin Saber Perdiodista Idiota!!! Si esto lo viera Chris Martin te comerias un re juicio por estupido!! que Pinchen a tu madre maldito Cabron Hijo de Puta!!!!!».

Insultar no es opinar. El que trata de argumentar en base al insulto pierde toda credibilidad. La mayoría de comentarios que recibimos, por suerte, son respetuosos y constructivos, nos ayudan a mejorar. Pero, como podéis apreciar en este rápido muestreo, tomarse la música como un ataque personal o nos fuese la vida en ello, el fanatismo musical nunca fue sano, no lo fue desde el principio de los tiempos.

«..pero esa entrega, convertir su pasión en función vital, les hace felices y les ayuda a sobrellevar los problemas de la vida cotidiana».