El servicio musical online Spotify se ha convertido en un referente y una herramienta imprescindible para cualquier melómano. Con una biblioteca que recoge la mayoría de grupos habidos y por haber, un interfaz sencillo y manejable y una creciente cantidad de opciones hacen que la compañía sueca se haya afianzado como uno de los mejores servicios de música online y una plausible solución para la piratería.
De un tiempo a esta parte se han ido recortando opciones para los usuarios free y open, cercando cada vez más al usuario y empujándolo hacia las cuentas Premium y Unlimited. En los últimos meses hemos podido ver como el catálogo sufría restricciones territoriales, donde ciertas canciones no podían ser reproducidas según la zona, o cortando parte del catálogo y reservándolo solo para las cuentas de pago. Y a día de hoy la noticia es que a partir del 1 de mayo se reduce el tiempo de escucha de 20 a 10 horas al mes y no se podrá reproducir la misma canción más de 5 veces por mes en las cuentas gratuitas.
En palabras del fundador de Spotify, Daniel Elk: “Es vital que continuemos un servicio gratuito en demanda para ti y millones como tú, pero para que sea posible tenemos que establecer unos límites para seguir adelante.”. Aún hay ciertos grupos de renombre que no aparecen en Spotify, como Metallica, The Beatles o Led Zeppelin, aunque la biblioteca sigue expandiéndose y se firman contratos con el mayor número de discográficas posible; igualmente, sólo en ciertos países se puede disfrutar del servicio (Finlandia, Francia, Países Bajos, Noruega, España, Suiza, y Gran Bretaña) al tiempo que se plantea su expansión a Norteamérica, preparando el salto a la vez que recortas las opciones gratuitas quizás no sea una idea muy inteligente, claro que al otro lado del charco el pagar por este tipo de servicios está a la orden del día.
Con más de 10 millones de usuarios registrados, tan solo el 10% tiene cuentas de pago, por lo que parece una estrategia empresarial lógica. Cada vez se ofrecen mayores facilidades y servicios que para bien o para mal de unos u otros, cuestan dinero, y para ello la empresa necesita un mayor número de usuarios de pago. Claramente esta decisión al que no desea pagar por este servicio no será de su agrado; el usuario se ve obligado a pagar por algo que tiempo atrás se le ofrecía gratuitamente.
En las redes sociales se ha levantado un revuelo enorme, que personalmente encuentro exagerado ya que el servicio que todavía se ofrece es bastante extenso, además de existir varias alternativas como Groove Shark, una de las aplicaciones on-line con mayor futuro, o Musicovery. A todos nos gustan las cosas gratis, pero hay que hacerse a la idea de que no durará para siempre y que al final desde su punto de vista parece lo más recomendable en pos de mantener un servicio de esta calidad.
J. Roa
Sinceramente, pagar diez euros por tener esa biblioteca a tu disposición a 320 kbs, como 3.000 canciones disponibles offline, con acceso en dispositivos móviles y saliendo de tu país…no me parece caro.