El rock está muerto. Y ha resucitado. Luego ha vuelto a morir. Entonces, vivo de nuevo. El ciclo ha seguido así durante años, esperando al siguiente profeta que aventurara su desgracia o aquel pseudo erudito que, por interés o por desgana, ya establecía el rígor mortis del género. ¿Por qué quiere todo el mundo ver muerto al rock?

El último en unirse a una larga lista de hombres de poca fé o mucha inquina ha sido Gene Simmons. El bajista de lengua kilométricamente viperina ha sentenciado -y no será el último en este mundo en hacerlo- la muerte del rock and roll. Rock and roll. Muerto. Palabras que ya parecen obligadas a ir de la mano por la constancia en su uso. ¿La culpa? De su enemigo número uno: el pirateo en Internet.

No se cansa ni se aburre de achacar todos los males de la industria discográfica al pirateo. Las bandas jóvenes, según él, no pueden arrancar sus carreras porque ya nadie paga por la música. “Mejor no empezar a aprender a tocar la guitarra”, dice él, sabio como pocos. Y, entonces, murió el rock and roll para él; para mí, el sentido común.

Existen multitud de bandas que han conseguido triunfar y vender millones de álbumes comenzando en esta época de interconexión en línea -¿a alguien le suenan Arctic Monkeys?-. En la era de la laca que KISS reinaron, también se hacían copias de casetes, más tarde sería de CD’s, antes de que la era digital reestructurase nuestras vidas. Sin embargo, ellos hicieron millones, tanto que ahora les sobra para hacer máquinas de pinball, MINIs y ataudes con su enseña y maquillaje.

Al momento de publicar estas declaraciones en Esquire, Foo Fighters salieron al rescate del rock and roll aún viviente:

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Si el rock ha muerto, su último suspiro llegó en el momento en que pudiste revestir tu pene con la cara de Gene Simmons en los condones marca KISS. Ellos significaron -aunque no fueran los primeros ni los únicos- todo lo que va en contra del género: la mercantilización, la superficialidad, vender hasta la última pieza de tu integridad con tal de ganar fama.

KISS son márketing, así que sí, para Simmons puede haber muerto el rock and roll… su rock and roll, el de billetes y merchandising masificado en cadena. No el de verdad, por eso no sabe distinguir si está vivo o muerto. ¿Cómo va a saberlo si no lo conoce?