Desde que el año pasado vi cómo los antidisturbios linchaban a una chica por defender a un amigo suyo -y no, no estaba tirando piedras a un cajero- en Las Vistillas madrileñas, dejé de creer que los políticos de la capital tuvieran validez alguna. Nunca pensé que tuvieran mucha, pero una pizca de confianza crédula se mantenía viva. Sé que este año pasará lo mismo, nos dejarán celebrar nuestras fiestas hasta que se aburran y empezarán a desalojar NUESTRA calle a porrazos.
[TS-VCSC-Divider divider_type=»ts-divider-two» divider_text_position=»center» divider_text_border=»#eeeeee» divider_image_position=»center» divider_image_border=»#eeeeee» divider_icon_position=»center» divider_icon_color=»#cccccc» divider_icon_border=»#eeeeee» divider_border_type=»solid» divider_border_thick=»1″ divider_border_color=»#eeeeee» margin_top=»10″ margin_bottom=»10″]
Una pena, una lástima y una vergüenza. Hemos pasado de políticos que nos animan a salir a festejar a políticos que nos quieren ver calentitos en la cama, los mismos que huyen a lo Vin Diesel de la policía. Esa misma pésima evolución se vive en el apartado musical de las fiestas del santo labrador. Este año, los nombres sonados son Revólver y Mägo de Oz. El programador lleva sin comprarse calendarios desde el año 1993.
Sobrevivimos en Madrid a base de catálogos rancios, Cachitos de cromo y hierro que no sólo debemos tolerar en televisión, sino que se convierten en una realidad con la que lidiar. En el año 1985, bajo la alcaldía de Enrique Tierno Galván San Isidro se celebró con The Smiths, en 1987 con Tina Turner, estrellas internacionales y de reconocido talento. La Polla Records ocupaba el cielo del cartel en 1986, cuando se permitían propuestas políticas contrarias. No vivimos en una dictadura, sería un farsante y un exagerado, pero al del piso de arriba no le gusta que hagamos ruido abajo.
El Ayuntamiento se encarga ahora de organizar los Premios rock Villa de Madrid y reconozco la labor, especialmente en un año con grandes grupos seleccionados, pero es un pequeño oasis dentro de unas festividades que ejemplifican lo que llevamos meses y meses denunciando: el Ayuntamiento odia la música.
Hombre.. pues tienes razón.. por que llevar a Burning es de estar anclado en los ochenta (estan ya pasadisimos de rosca…).. pero bueno.. por lo menos llevaron a Arizona Baby.. y los Coronas..son actuales. pero si ..un poquito rancio el cartel.. pero teniendo a Ana Bottle