Sólo unos cuantos, los más fieles, fueron los que se acercaron a la Riviera a presenciar el fin de ‘Fue eléctrico’, la extensa gira de La Habitación Roja.
Eran las ocho y media, y la madrileña sala Ocho y Medio abría sus puertas a un público tímido que prefería esperar sentado antes que adentrarse para ocupar las primeras filas de la pista.