Riffs repetitivos y estribillos pegadizos en diez cortes sin fisuras, asentados en su noise pop visceral hasta convertir sus crímenes pasionales en un placer malicioso.
Los escoceses entregan un cuarto trabajo que supone un salto hacia atrás cargado de canciones fáciles y poca creatividad. ¿Se le han acabado las ideas al cuarteto?