DEAD OCEANS
6,5
Para pintar El Guernica, Picasso tuvo que aburrirse de lo figurativo. Incluso demostró ser un genio en ello. Son pasos que el artista debe de seguir si su pretensión es deconstruir un arte, un género, o una tortilla. Evidentemente el trío que forma Akron/Family no llegan a la altura de lo irrepetible, de hecho se me ocurren algún grupo de la misma década con trabajos más brillantes, como Grizzly Bear. Sin embargo, el paso hacia lo abstracto, con el que estos tipos de Nueva York ya estaban jugueteando en sus anteriores trabajos, se puede considerar un gran paso. La nueva materia con la que trabajan no es una bola intragable, de hecho apetece sumergirte en la propuesta, pero por otro lado tampoco te quedarás enganchado. En cualquier caso, el sonido descolorido de sus guitarras consigue aullar algún himno en este álbum titulado Sub Verses.
Ya desde la portada diseñada por ese extraño músico de Seattle llamado Stephen O’Malley uno adivina las texturas que tendrá el octavo trabajo de Akron/Family. Nunca han dejado de experimentar con el rock, haciéndose los abanderados del free folk con discazos como Akron/Family o Love Is Simple. En esta ocasión han ido un poco más lejos construyendo un álbum raro y nada ortodoxo donde se intercalan cortes que rompen definitivamente con el folk, ahí está ese abrelatas titulado No-Room, con otros que precisamente rebuscan en dichas influencias, aquellas con las que Akron/Family se dibujaron su propia silueta. Por ejemplo When I Was Young.
Las guitarras se ocultan entre ciertos chasquidos electrónicos y una voz de ultratumba en No-Room, una canción que vive entre varias atmósferas. Un comienzo disperso que se condensa en un segundo corte más rompedor y con ciertos síntomas de un tipo de esquizofrenia. Sin embargo, ya en el tercer corte llamado Until The Morning, Akron/Family regresan a lo que mejor saben hacer, pop dulce de carácter psicodélico.
Diez canciones componen el álbum, pero sólo una dura menos de 4 minutos. Se necesita tiempo para crear los tonos que forman Sub Verses. A veces saturan demasiado. Como en Sand Talk o Holy Boredom donde los golpes a la batería, los arañazos a las cuerdas o la reverberación de unos sintetizadores mal educados silencian la voz de Olinsky.
Uno de esos himnos de los que hablaba al principio es Whole World Is Watching, un maravilloso riff que conduce los coros pasados de este tema con reflejos sesenteros y se graba desde la primera escucha en la memoria. Al igual que la fuerte melodía compuesta por golpes de aire que hace un libre repaso los 11 años de vida de la banda, hablo de When I Was Young. Una canción preciosa y desviada del concepto del álbum hasta sus dos minutos finales donde resucita un guitarreo prolongado que marca a fuego el final de un disco irregular al que todavía le queda vida con Samurai. Un cierre que dibuja un claro entre los nubarrones que se caen sobre todos nosotros cada día de esta época brutal y salvaje.
La cara oculta de Samurai es Sometimes I (la canción número 5). La luz contra la oscuridad. ¿El sonido de un paraje de algún lugar como Jamaica o los sintetizadores del sótano más profundo de la fábrica más horrenda de algún lugar industrial retratado por Antonioni? Sub Verses no es el mejor álbum de la banda, casi es uno de los perores, sin embargo es la antesala hacia la etapa más interesante y despierta del grupo.