ELECTRIC BLUES
[2012][7,5]
Band of Skulls empiezan con calma y tranquilidad su Sweet Sour, una mezcla de guitarreos y ritmos frenéticos con baladas a medio tiempo de melodías inspiradas. A claras luces los coros, las baterías y los riffs guitarreros son los pilares de este disco que apuesta por la sonoridad clásica de la típica formación de rock y acuña su sello personal en la disonancia entre los coros y la voz principal.
Esta banda es casi un calco de The Black Mountain, que sorprendieron ya en 2010 con su Wilderness Heart, con ese juego de voces chica-chico que les aporta una sonoridad parecida.
La clase de grupos que tiene su influencia en unos tan cercanos en el tiempo hace que se desdibujen las influencias de los grupos que fueron la raíz y la esencia. Está claro que Black Rebel Motorcycle Club y Raconteurs dieron con la clave de la interpretación del noise pop y el blues para traducirlo al siglo XXI, pero para hacerlo fueron a la fuente original, a Muddy Watters, Television Personalities, Willie Dixon, Jesus & Mary Chain… Podríamos decir que consultar a la fuente original es evitar el proceso de transformar algo ya sobado y deformado.
Cortes como Navigate, Bruises o You’re Not Pretty But You Got It Goin’ On demuestran que el grupo tiene una habilidad más que notable para explotar sus recursos, especialmente en el ambiente creado en Navigate, que te rodea y va creciendo de una forma progresiva alrededor de las voces.
Es un placer poder escuchar a un grupo que empieza un disco con espacios bluseros y una guitarra haciendo trinos en notas graves en el año 2012, que se pueda compaginar la escucha de los grupos que apuestan por la electrónica de calidad con la actitud todavía transgresora de una guitarra eléctrica bien distorsionada. Resulta una experiencia gratificante, casi reivindicadora que una banda reclame el papel de las seis cuerdas frente a las máquinas de hacer música programada.
La banda posee un control absoluto sobre la forma de desenvolverse en las canciones y avanzar en una dirección, muestra clara en Hometown, que sin crecer ni un ápice manejan el ritmo de cuatro por cuatro cambiando los acentos y dejando que camine sin abusar de los recursos y recargar el corte.
Personalmente, me esperaba más de Band of Skulls que lo que para mí ha sido una experiencia de reivindicación guitarrera. Poder aportar algo no está siempre al alcance de todos, aunque la simple interpretación de temas que tienen un desarrollo y meticulosamente montados tampoco debe ser infravalorada. Me quedo con la guitarra, me quedo con el ritmo, me quedo con los coros, me quedo con la intensidad.
por Fernando Naval
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