Quizás el fin de Oasis les vino bien. Es cierto que aquel Dig out your soul (2008) supuso un cierto giro a la psicodelia que consiguió darle una vuelta de tuerca al sonido de los de Manchester, pero seamos francos, la voz de Liam era completamente distinta a la de aquel tipo que oímos en Whatever.
Quien quiera buscar Oasis con otro nombre se irá de vacío. Para empezar no se llaman igual, así, que el error sería que hicieran lo mismo. Sin Noel, Oasis no es nada. Los tres miembros restantes tras la disolución de la banda, Liam Gallagher, Gem Archer, Andy Bell (el último bateria, Chris Sahrrock, sólo participó en el último álbum de la banda, tras la marcha de Zack Starkey) lo saben. Y por eso han sabido desprenderse de la etiqueta de la gran banda de los 90 a la que estaban destinados y crear con lo que tienen un disco, Different gear, still speeding (2011), que aporta diversión sonora y ganas de pasarlo bien con el rock.
La voz de Liam está llena de agresividad en canciones como la que abre el disco, Four Letter Word, Sons of the stage o el nuevo himno, Bring the Light, con esas teclas y coros que enganchan desde la primera escucha. Otras más tranquilas como For anyone o la divertida World outside my room convierten a este álbum en uno simple, si, pero lleno de matices que recuerdan a aquellos grupos de los sesenta que todos tenemos en mente.
Si Beady Eye no fuese un grupo de cuarentones rebotados de Oasis y sí unos chavales de apenas 20 años, estaríamos hablando de la banda del momento. ¿El disco? Puro rock and roll.
Nota: 7/10
J. Castellanos