ISLAND[2011]
[6,6]
El folk de los australianos Boy & Bear regresa en un segundo trabajo que expande los límites marcados con su álbum debut With Emperor Antarctica (2010). El folk como base primordial, patente en las distintas estructuras rítmicas y el uso de banjos, mandolinas y demás instrumentos clásicos del género, pero salpicado de variadas influencias que redondean el sonido de la banda, como el rock, el indie pop o el blues.
En su sonido recuerdan a sus compañeros Mumford & Sons, con los cuales comparten ese particular amor por el folk. Mientras el folk de los primeros es más puro y de raíces irlandesas evidentes, con el álbum que nos ocupa, Moonfire (2011) los de Sídney ofrecen la variante más americanizada y la mezclan con otros tantos dispares estilos. Golden Jubilee bebe del rock más sesentero, frente al folk más suave de The Village con reminiscencias del estilo de Jack Johnson, o por otro lado el indie rock más parecido a Interpol o The Editors en el corte Feeding Line, incluso dejando entrever algún escondido guiño a la década de los ochenta.
La dinámica del disco está bien resuelta, con momentos más movidos con sus contraposiciones más suaves y melosas, en las que más destacan y las cuales atesoran uno de los puntos fuertes de la banda, que es sin lugar a dudas este lado más suave. Lo que puede faltarles de fuerza se compensa con esta faceta más emotiva. Se asienta sobre todo en una de las características más únicas de esta banda, que es ese exquisito uso de las armonías. Tanto en lo instrumental como en lo vocal y coral, el trabajo de las armonías está perfectamente realizado, reforzando la sensibilidad de la música y dando lugar a un proyecto más complejo pero a su vez fácil de escuchar, alejándose de la simplicidad del folk clásico, aunque sin llegar a un nivel sobresaliente.
La voz de Dave Hosking es el reflejo de la música en conjunto de la banda, con una falta de fuerza que se hace evidente en los temas más activos, pero como un perfecto hilo conductor de temas más relajados. El folk western del tema House & Farm se perfila como uno de los destacados del disco, un corte que en su tragedia encuentra su morada perfecta, con un brillo melancólico en la voz de Hosking que remata una canción digna de mención especial.
Algún que otro tema bastante por debajo del listón, con ideas facilonas y carente de toda profundidad y personalidad, la línea general por la que discurren los once temas de este álbum es prometedora, con un sonido altamente influenciado por la música tradicional americana que encuentra su hábitat idóneo en los rincones más sombríos de su música, dando temas muy destacables como Beach que logran subir la media de un disco que si interesante, tiene algún agujero que quedará relegado al olvido sin pena ni gloria, con altibajos frecuentes entre pocos temas muy insuficientes, un nivel satisfactorio por lo general que si bueno, no ofrece algo realmente novedoso y personal, y un par de cortes sobresalientes por los que desde luego merece al menos dar una pasada a este álbum.