Carmen María Hillestad recorría las mayores pasarelas mundiales hace no tanto tiempo, metros recorridos para volver a la salida en un paseo banal. Ahora la ex-modelo ha cambiado mucho. Para empezar, de nombre: ahora es Carmen Villain. Ha intercambiado los zapatos de tacón y las prendas inverosímiles por un micrófono y una guitarra, lo superficial por lo sustancial. De esta metamorfosis nace ‘Sleeper’ (Smalltown Supersound, 2013), su álbum debut.
La brillante vida de los desfiles y la moda ha quedado atrás; ahora lo que queda es un desesperado intento por sobrepasar las dementes tinieblas de cortes como ‘Easy’, que se abren en ‘Lifeissin’ solo para presentar más cuestiones e incertidumbres. Nos sumerge en su oscura intimidad, perturbadora en ‘Light, See’ y cautivadora en pasajes como ‘Slowaway’.
No estamos ante ningún portento vocal. Adapta el estilo casi hastiado de Lana Del Rey pero lo hace sonar humano, menos prostético; más emoción y menos botox. Aún así, salvo algunos puntos de variedad, las melodías discurren planas en una producción sobrecargada de ecos y reverberaciones que, por la parte positiva tapa imperfecciones (movimiento inteligente), pero por el lado negativo hace más tediosa y confusa la escucha, y embarra la claridad de su resultado.