SECRETLY CANADIAN
7.8
Lunes 27 de mayo, de vuelta en Madrid tras un viaje a Barcelona con la doceava edición del Primavera Sound como protagonista. Cinco días que actuaron de respiro urgente en una mala racha y que habría alargado sin pensarlo de no ser porque en mi tarjeta quedaban menos de 20 euros, el Parc del Fòrum ya cerraba sus puertas y los exámenes de junio estaban a la vuelta de la esquina.
Con la cabeza aún en la ciudad condal y el cuerpo en mi madrileña cama custodiada por un póster de los Beatles en Abbey Road, desplegué el folleto del festival con la intención de revisar la lista de artistas interesantes que por unas cosas u otras no había visto para no perderles la pista a partir de entonces. Si el Primavera Sound se había coronado como el “best festival ever”, debía haber muchos nombres que exprimir del cartel. No me equivocaba.
Sábado a las 19.30 en el Vice, en el Ray-Ban Unplugged a las 22.00, y en el Parc de la Ciutadella el domingo a las 16.30 sobre el escenario 1. Desde Santa Monica, California: Cayucas. Tres actuaciones a falta de una y en ninguna estuve presente.
Ahora pensarán: “¿Todo esto para hablar de Cayucas?”. Pulsen ‘play’ en ‘Bigfoot’ y se lo voy explicando. El pasado 30 de abril estos californianos estrenaban su álbum debut en el sello Secretly Canadian, que ya les lanzó un sencillo en 2012. Cinco muchachos liderados por los hermanos Yudin y que hasta el momento no habían sonado mucho más allá de sus playas. Son tan sólo ocho cortes, pero ya saben: Lo bueno si breve…
«Cayucos» es la canción que desvirga ‘Bigfoot’ y que da sentido al nombre de la banda. Se trata de un homenaje a la población del condado californiano de San Luis Obispo, epicentro del surf en los años sesenta. Con un contagioso “c’mon, c’mon, c’mon” en sus estribillos, abre camino a 30 minutos de movimiento de cabeza instintivo y algún que otro chasquido de dedos. Esto es culpa de los continuos ritmos tropicales, guitarras playeras y letras pegadizas.
Sigue «High School Lover», una de las pistas destacadas en este trabajo y que continúa en la misma línea de bermudas cortas y gafas de sol. «Will “The Trill”» y «A Summer Thing» prosiguen introduciéndonos una música que se balancea entre los Beach Boys y Vampire Weekend, eso sí, con un hueco a su propia personalidad y almacenando en esta primera mitad del álbum las mejores sensaciones.
Llega el turno de «East Coast Girl», single con recién estrenado videoclip y que va sumando puntos para convertirse en una de las canciones más sonadas este verano. Es una de esas que apaciguan y avivan al mismo tiempo dejando una huella lo suficientemente satisfactoria como para repetir su escucha alguna que otra vez, algo poco fácil de lograr para un grupo emergente.
«Deep Sea» y «Ayawa ‘kya» van anunciando el final. Serena la primera y algo más intranquila la segunda, dejan paso al corte de clausura que además da nombre al álbum: «Bigfoot». Suave y moderada, con la voz de Zach Yudin, que parece irse alejando cada vez más, y unos coros que suenan a clara despedida se convierte en un cierre acertado aunque algo insípido, teniendo en cuenta que, a grandes rasgos, se trata de un álbum risueño y despreocupado.
‘Bigfoot’ será, probablemente, el comienzo de una bonita amistad entre Cayucas y un panorama musical al que le sobra de todo menos canciones vivas.
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