Recuerdo el frío que hacía aquella tarde; iba subiendo la calle La Palma dirección a Tribunal cuando decidí pasarme por la sala Taboo para preguntar por unas entradas para el día siguiente. Nunca llegué. Rodeando la manzana en la que se encuentra el Nasti había una cantidad de gente descomunal, impresionante. En esa fría tarde de Noviembre se celebraba el Primavera Club 2009, un festival de lo más interesante y personal que promueve los conciertos en el desgastado circuito de pequeños locales de Madrid (y Barcelona); y esa noche le tocaba a Cymbals Eat Guitars.
Why There are Mountains? es el primer largo de esta banda neoyorkina; un disco autoeditado en el 2009 que se convirtió en, para muchos, el mejor lanzamiento del año. Cuando llegó a mis manos (un día después de conseguir entrar en la Nasti, y quedarme paralizado ante un directo espectacular) comprendí lo que me esperaba: una portada angustiante, simbólica, sacada de un espectáculo onírico y muy semejante a las connotaciones de las que Jeff Mangum narraba en In The Aeroplane Over The Sea; un preludio de lo que iba a ocurrir cuando pinchara el primer corte. Desde los primeros segundos de And The Hazy Sea hasta el final del álbum encontramos una serie de canciones magníficas: un sonido delicioso, que aúna lo más desgarrador de las letras de Joseph D’Agostino con la tradición sonora que impregnaron algunas bandas de Creation Records (a raíz de la Velvet), y siguiendo la estela de Pavement (muchas canciones de Cymbals Eat Guitars destilan esa sensación de ensoñación de la banda de California). En definitiva, Wind Phoenix, And The Hazy Sea y Cold Spring son temas que hacen de este un disco eterno, contemporáneo e imprescindible; una pequeña joya tanto en el contenido como en las formas.
Pero no estamos aquí para hablar del ya conocidísimo debut de la banda neoyorkina, sino de su continuación: Lenses Alien. Un lanzado por el sello de Seattle Barsuk (los que están detrás de Nada Surf), que consiguieron contratarlos tras el apabullante éxito del grupo. Aquí nos encontramos con un cambio significativo de formación (a mi parecer): el bajista Neil Barenholz abandona el conjunto dejándolo huérfano de una base rítmica sólida y sin unas líneas definidas que hagan caminar algunos cortes; algo que también ocurre con el teclista Dan Baer; con el que se pierden algunos arreglos estéticos (Cold Springs del primer disco) que contribuían a crear un clima personal y muy definido (reiteramos que el primer disco es imprescindible).
Así se presenta Lenses Alien, producido por Thurston Moore (Sonic Youth) y que comienza con la desesperante Rifle Eyesight : un corte de 8 minutos ampuloso y recargado que nos descoloca en la primera escucha: ¿Esto qué es? Podemos entender cómo la banda pierde aquella naturalidad majestuosa de Why There Are Mountains? en favor de un excesivo ornamento y de una producción tan compensada y formal que aburre; un desacierto ceder la dirección artística a alguien externo al grupo, que no ha comprendido el angustioso, y desgarrador, proceso de “sentir” las canciones.
Sin embargo en el tercer y cuarto corte, Keep Me Waiting y Plainclothes, encontramos algo de aquella “alma” que nos hizo vibrar en la sala Nasti a los pocos que allí nos reunimos: una búsqueda del desasosiego y del inconformismo sonoro marcado por el frenetismo de las guitarras sobre una base rítmica bastante lograda; aunque es cierto que echamos en falta aquellos cambios de ritmo, de intensidades y los arreglos de viento, tan importantes, del primer largo.
Luego encontramos Definite Darkness y Another Tunguska, dos canciones muy semejantes entre sí, que pese a esas ínfulas de Spaceman 3, no están mal y pueden escucharse. Además están Secret Family, con un D’Agostino que intenta mostrar toda la fuerza con la que nos impresionó en el primer álbum, y el cierre Gary Condit, que comienza con ese juego vocal que tanto hemos echado en falta a lo largo de todo el disco.
Por último señalar que pese a que, desde mi punto de vista, el disco pierde muchísima riqueza sonora, así como la naturalidad y expresividad descarada del Why There Are Mountains?, y que camina sin un discurso claro, existe una búsqueda de un sonido definido; lo que hace muy valiente a una banda que ha estado mas de dos años haciendo trabajo en el local, que al final es lo que separa los grupos buenos del resto. Y por ello estamos esperando ansiosos para que llegue el tercer disco, y volvamos a Nasti a “sentir” lo que una vez definió Lou Reed como el sonido “Cymbals Eat Guitars”.
BARSUK RECORDS[2011]
[6,5]
Luis Fernández
A nosotros nos parece un disco inferior al debut, pero aún asi nos ha gustado, y efectivamente observamos que buscan un sonido propio que no deje notar tan claramente sus referentes (Built To Spill, Modest Mouse, Pavement …) y el esfuerzo aunque de momento no lo han conseguido, deja muchos buenos temas.
Os dejamos nuestra crítica :
https://disconcierto.blogspot.com/2011/09/critica-cymbal-eat-guitars-lenses-alien.html