Las bandas formadas solo por mujeres dejaron de ser punks hace tiempo para hacerse un hueco en el panorama internacional musical. Parecía que, como a tantos otros, los setenta despertaron los instintos más enérgicos de aquellas que realmente amaban la música y querían expresarla y sacarla a gritos de sí mismas. Desde luego, las herederas del punk bailón y provocativo de The Slits o, de forma más reciente, del Riot Grrrl enérgico y primigenio de las Bikini Kill, se han decantado por abandonar la pelea con puños por lo que parece una dulce seducción. Es cierto que resulta muy atractiva y efectiva, pero ya ha degenerado en algunos casos hacia la levedad o la intrascendencia.
Precisamente, esto es lo que ha ocurrido con Dum Dum Girls, que tras un más que decente disco debut, I Will Be, cargado de una sensibilidad sincera, juguetona, casi infantil, han decidido dar un paso más hacia el pop. El valor de su primer trabajo radicaba en la dulzura sensual de la sonoridad a lo Best Coast, pero también del misterioso halo de reverb que difuminaba el sol a punto de amanecer por el otro lado de la colina de Baby Don’t Go– tan mágico casi como el brillo melancólico de Beach House, un grupo que no solo está formado por mujeres-.
Cierto que han pasado tres largos años desde entonces. La cantante Dee Dee- con un nombre ramonesco- ha pasado por varias experiencias traumáticas que seguramente provocaron que el lapso de tiempo se ampliara tanto antes de ponerse a trabajar. Sin embargo, a pesar de la mención del sueño en el título de su segundo LP, Only in Dreams, el giro ha sido precisamente para desvelar todo el misterio, para revelar las herramientas, los instrumentos utilizados en la preparación de algo tan delicado. Desgraciadamente para ellas, el producto no parece un fruto franco y directo como el de las Vivian Girls, sino que redunda en la mismas claves que utilizaron antes: líneas y sonoridades cercanas a una psicodelia revoltosa que bebe de los fraseos sesenteros de una tal Nancy Sinatra.
No obstante, el problema es el de que Always Looking suena más a un producto insustancial, un hit de hace 30 años, que a un tema madurado y refrescante- aunque está claro que intenta eso de refrescar-. Dista mucho de la creación que han realizado los mismos Cat’s Eyes recientemente con su disco debut, después de beber de unas influencias similares. La canción Always Looking, que abre la grabación, se queda a medias de un ritmo playero a lo Jefferson Airplane y la dulzura de los grupos de mujeres que hoy en día están en boga, algunos de los cuales ya he citado.
En todo el disco no consigue escapar de esta sensación, que abraza hasta el último corte del LP. Heartbeat parece salida del musical de Grease; la que posiblemente es la mejor del largo, Bedroom Eyes, acaba redundando en un estribillo que al principio puede parece una luz que alumbra, pero que luego realmente es el pozo donde se cae la canción. También habría que citar algunas canciones que consiguen especialmente efectos del sesenterismo más banal, como Just a Creep. Coming Down, sin embargo, tiene una esencia más interesante, pero una carcasa que se posiciona en la línea de todos los demás cortes y se hace larga en exceso.
No han perdido el atractivo, son un grupo de chicas cool y con estilo que saben seducir con su música, su voz y sus golpes de batería entre algodones. Y aunque otros grupos también jueguen a este juego, lo hacen avanzando, no dejándose lo importante por el camino. Tal vez no les saliera seguir en esa línea y no quisieran calcarse a sí mismas. En todo caso, el resultado es peor.
SUBPOP[2011]
[4,5]
C. Naval