A pesar de las referencias en su nombre (Joni, el guitarra, es un adicto a este género cinematográfico), resulta evidente que este grupo no es francés tras escuchar los primeros versos de This Dead Town. Su acento les delata. French Films nacieron en Helsinki (Finlandia) hace poco más de un año, en el que lanzaron un EP tremendo bautizado Golden Sea y ahora, pocos meses después, el quinteto se atreve con su álbum debut llamado Imaginary Future.
A veces me pregunto si el hecho que un grupo te recuerde a otro es positivo o negativo. Personalmente mantengo una opinión bastante diplomática y opto por un “depende”. La cuestión es que resulta inevitable descubrir French Films sin percibir en sus melodías acordes de The Drums, solos de Beach Boys o ese talento innato de otras propuestas escandinavas como Satellite Stories. Aún así, los finlandeses han encontrado el punto justo para no sonar redundantes y consiguen ofrecer un producto final que es de por si alternativa a tener en cuenta dentro de un mercado que, aunque parezca saturado, tendrá siempre la capacidad de sorprendernos.
Los dos corten que abren este LP, This Dead Town y You Don’t Know, se han erigido como los temas preferidos y las señas de identidad de la banda. French Films no descubren nada, aunque lo que hacen, lo hacen de fábula. Indie-rock profundo y festivo, ritmos pegadizos y ese guitarreo cabezón que tanto explotaron los estadounidenses The Drums.
Golden Sea es el preciado vestigio que nos queda de su ya citado trabajo anterior, y hace referencia a un mar de sueños por cumplir. Pretty In Decandence evoca ese post-punk que tan famoso se hizo en la década de los ochenta y que tanto extrañan los más gruppies, y The Great Wave Of Light nos dibuja una playa y una pareja, envueltos en el calor de una incesante base veraniega. Living Fortress es una de las propuestas más arriesgadas y desdibujadas de todo el disco y gana (mucho) con escuchas. Escape In The Afternoon engancha por su contundencia y su estribillo es de lo mejorcito que conocemos de French Films. Convict, New Zealand y Up The Hill suponen tres finales alternativos: el primero fresco y jovial, el segundo rock’n rollero y el tercero más solemne y reflexivo, aunque sin perder la chispa y ese tono playero que tanto les gusta y del que en ocasiones abusan.
Como hemos empezado diciendo, y tras someternos a más de media hora de su música, French Films no han inventado nada. Aunque teniendo en cuenta lo que hacen, y lo bien que lo hacen, el suyo es sin duda un nombre que no debemos perder de vista.
