HARDLY ART
[2012][3]
Seth Bogart, el hombre tras Hunx, abandona a sus Punx para presentar su tercer álbum, Hairdresser Blues (2012), un trabajo menos animado y fiestero que sus antecesores, pero más vacuo, hortera y falto de talento. Pocos son los puntos salvables y el que más destaca es que al menos el disco es corto, así que el calvario no se alarga demasiado.
Sonará exagerado, pero simplemente en lo desagradable de la voz de Bogart ya el disco ha bajado varios enteros. No solo su sonoridad es molesta, es que su calidad como vocalista se encuentra muy por debajo de lo que un disco profesional debe ofrecer. En temas como Hairdresser Blues, Your Love Is Here To Stay o especialmente Private Room el nivel de desafinación es de tal calibre que asusta; hay borrachos en karaokes de mala muerte que dan con más notas que este cantante “profesional”. Y como instrumentista desde luego no gana mucho. Para este disco, al prescindir de los integrantes de su banda Hunx And His Punx, la gran mayoría de instrumentos han sido grabados por él mismo, a excepción de la batería, de la que se ha encargado Daniel Pitout. El nivel general es básico, correcto pero sin ningún aliciente que lo haga especial en algún sentido.
El estilo rock n´ roll cincuentero sigue presente, pero lo que antes podía llegar a ser divertido ahora parece un fallido intento de llegar a cotas más altas de las que realmente puede alcanzar. Con algunas baladas que reducen el ritmo, como I´m Not The One You Were Looking For o Say Goodbye Before You Leave, esta sensación de desaceleración puede ser mayor, pero incluso en los temas más animados sigue sonando a un intento forzado de mezclar el pop más chicle con un rock n´ roll farragoso que en contadas ocasiones funciona, pero que como norma general no logra pasar de primera.
Ha perdido la frescura de sus anteriores trabajos, que sin ser tampoco más allá de mediocres alentadores de fiesta, podían tener una actitud provocativa que en algún momento funcionaba. Al pasar a temas más clásicos, de temáticas románticas como regla general, junto a la falta de originalidad patente en todo el álbum y la desastrosa voz principal (que jamás me cansaré de repetirlo, pero un artista profesional no puede sonar así de mal, por favor), aunque tenga ciertos puntos decentes, musicalmente, porque la voz no acierta con una sola nota, la mediocridad no se debe premiar y este experimento en solitario es de lo más mediocre que puedas encontrar.
Si algo funciona no lo arregles, y el leve encanto que tenía con su banda al completo, en solitario lo ha tirado al suelo, meado encima y bailado sobre los restos mortuorios a ritmo de un rock n´ roll cliché y manoseado que poco o nada aporta al género ni a la escena musical; al intentar darle un punto de sobriedad y seriedad ha apostado por el caballo equivocado. Y por dios, que no le vuelvan a dar un micro, que a mi perro le están empezando a doler los oídos.
por José Roa