Dinamarca es el país más meridional de los países nórdicos, y también el de menor extensión seguido por Suecia. La lengua oficial de la nación es el Danés, idioma terriblemente complicado pero que sus habitantes complementan con un exquisito conocimiento del Inglés; esto es gracias a la fantástica educación danesa, que supera con creces la media europea. La OTAN, la ONU, el OCEDE, el OSCE, el COE son algunos de los organismos internacionales a los que pertenece este bello país.
Si, para la Wikipedia Dinamarca es el estado utópico en el que los derechos y el bienestar premian sobre el resto de las cosas. Sin embargo, ¿qué es Iceage?
Cuando, en 1979, Pennie Smith fotografíó a Paul Simonon a punto de desintegrar su Precision Bass contra el suelo en un concierto en Nueva York no llegó a ver sus ojos: en el momento de la furia, de la rabia, ya no importa nada; la cólera te sumerge en el rencor, en las ganas de explotar, de decir algo, de romper algo… Simonon era un estudiante de arte cuando entró en The Clash, y jamás imaginaría lo que llegaría a representar su acción.
El Punk no surgió como la absurda calificación que lo determina actualmente, y que engloba a una serie de grupos con el mismo sonido: Elvis Presley era Punk, Chuck Berry era Punk, MC5, Richar Hell y Public Enemy lo fueron también; los Beastie Boys, Dead Kennedys, Black Flag con y sin Henry Rollins, Fugazi, Minor Threat, etc. El Punk es algo más, es la rabia contenida en los ojos de Paul, o en los de Iggy Pop tambaleándose sobre el escenario, o en los del genial Ian Curtis; es el alzarse contra lo establecido, alejándose de los clichés, y defendiendo una posición concreta, surgida a raíz de algo, de un estímulo que presuponíamos dormido y dócil.
Así, en Dinamarca se vive bien, no hay duda, pero en invierno hace -5 ºc de media, anochece a las 5 de la tarde y el clima es extremadamente desafiante. Esta dicotomía ha provocado que la música allí se disperse desde el Black Metal más primigenio, apadrinado por la mítica banda Mercyful Fate, al antiquísimo Folk tradicional. Y aquí surge Iceage: un jovencísimo grupo danés que, aparte de compartir nombre con una famosa banda de trash femenina, acaba de publicar su primer disco: New Brigade, un largo que hoy vamos a intentar comprender y describir.
Cuando comienza el primer corte, Intro, sabemos que algo nos espera: tambores que resuenan sobre nuestras cabezas como un aleteo metálico, siniestro, que va aumentando intensidad para entrar con White Rune: ¿quién canta?, ¿Ian Curtis? De repente un riff vacío, un alarido metalúrgico sobre una base rítmica que recuerda The Ideal Copy de Wire, y una voz como la del lider de Joy Division. Un comienzo abrumador que solo podemos asimilar con unas cuantas escuchas; todo es reconocible, pero debe reposar para poder comprenderlo.
Así llegamos al single: New Brigade, un corte de menor calidad (personalmente) pero que sintetiza las atmósferas del post-punk inglés (¿quién le puso ese nombre?) con la velocidad rítmica de Bad Brains y Teen Idols; como dijo Gary Miller: “tocábamos rápido para transmitir rápido, como una necesidad imperiosa de actuar ya.” Y así se presentan Total Drench, Eyes y Count Me In: cortes apresurados (con duración inferior a dos minutos), herederos de la furia del hardcore surgido a finales de los 70 en EEUU, con referencia en Black Flag, Screamers (un poco anteriores) y Fugazi.
Por otra parte encontramos Remember (4º corte), una canción maravillosa que me recuerda en el sonido ligeramente a Television y a The Soft Boys, aunque con una producción actual. También encontramos reminiscencias de este sonido en Broken Bones, con un estribillo que marca tiempos (bajo-batería) como los mismísimos Clash (incluso la voz me recuerda a Strummer), y en Collapse; dos de los mejores cortes del disco junto con la fantástica Your Blessed (escuchen el principio de Hate & War del primer álbum de The Clash).
En definitiva, un disco genial, pero de lectura difícil en el primer contacto, y que presenta a los nuevos defensores del punk natural: unos chavales de 18 años que, a buen seguro viviendo en casa de sus padres, han conseguido transmitir con una fuerza impresionante dentro de la tranquilidad y el reposo danés, escapando de la facilidad del conformismo; y quien consigue hacer esto, aunque solo sea un 5% (como diría Jarmusch) puede despertar un sentimiento dormido y alzarse sobre él.
What’s Your Rupture? [2011]
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Luis Fernández