El tercer álbum de Jacuzzi Boys, titulado del mismo modo, mantiene la dinámica de sus anteriores trabajos. Destilan un garage mitigado donde la distorsión de temas como ‘Rubble’ no resulta en consonancia con la leve intensidad que transmiten. Muchos de los temas se dejan llevar por un pop suave y alegre que no dice demasiado, si bien puede entretener durante los primeros compases del trabajo.
Donde realmente el álbum comienza a despuntar es a mitad de su recorrido, cuando los temas comienzan a tornar más serios, puede entenderse un carisma en ellos que los primeros cortes como ‘Black Gloves’ no tienen. El sonido del álbum toma préstamos del lo-fi más sesentero, por ello la producción no puede decirse que sea ejemplar, aunque logran dar esa saturación propia de los álbumes de la época, sacrificando con ello la calidad pura del trabajo.
Esta puede favorecer la impresión que causan temas como ‘Guillotine’, pero siempre y cuando estés dispuesto a resignarte con un sonido de menor entidad. Con su tercer largo de estudio han relajado la marcha quizás un paso más del que deberían, contando con temas como ‘Heavy Horse’ entre otros que simplemente ralentizan el disco y no dejan disfrutar el buen sabor de boca que otros cortes comenzaban a dejar.