UNIVERSAL
[2012] [6.8]
La historia ya es de sobra conocida. A estas alturas, quien no la conozca significa que lleva varios meses sin pasear por la red. El verano pasado, una tal Lana del Rey colgó en YouTube el tema Video Games, acompañado de un vídeo viral en forma de imágenes de archivo y planos de web cam de una desconocida jovencita que enamoró al personal. Poco después llegó la cara b, Blue Jeans, con un acompañamiento visual donde volvimos a ver esos morritos tan poco naturales, la melena de estrella de la edad dorada de Hollywood y esa estética vintage que tan bien funciona ahora. E internet enloqueció. ¿Quién demonios era esta Lana del Rey? ¿De dónde había salido?
En la vida real, Lana es Elizabeth Grant, una joven de 25 primaveras de Lake Placid (Nueva York) que con tan sólo dos canciones se convirtió en un fenómeno que ha alcanzado unos niveles exagerados. Y es que mucho ha llovido desde Video Games. En resumen, Lana invadió los medios, Universal la fichó (ahí empezaron las malas caras por parte de la comunidad indie que ya la había acogido), descubrimos que ya había publicado un álbum antes (Lana del Ray a.k.a. Lizzy Grant, cuya autora va a re-editar este verano) y YouTube se plagó de esas primeras canciones, versiones, remezclas y de las maquetas de su nueva ópera prima y se empezó a hablar de ella como la reina del 2012. Y mientras tanto, Lana era una fuente constante de rumores, críticas y alabanzas que dividió al público entre seguidores enamorados y detractores escépticos. Para estos últimos debió de ser un gustazo ver el desafortunado directo que dio recientemente en el programa Saturday Night Live. Un mal día lo tiene cualquiera, pero qué poco tardaron en señalarla con el dedo, acusándola de no ser más que el último producto de la industria musical, una estrella súbita tal como escribía Jota Castellanos y que ya nos adelantó el #elefanteHTM. Gracias a todo este ruido que nos ha mantenido entretenidos y que ha saciado nuestra sed de información y de asuntos que comentar en Twitter, la espera se ha hecho corta y por fin ha llegado hoy a las tiendas este Born to Die (el cual, como viene siendo habitual, se filtró hace unos días).
Enfrentarse a la crítica de uno de los discos más esperados del recién estrenado 2012 no es tarea fácil, porque ha llegado el momento de formular la gran pregunta: ¿Justifica este Born to Die esa bola de nieve de la que hablaba Jota, la que se ha formado en torno a Lana del Rey? No del todo, porque nos la han querido vender como otra cosa, cuando Lana es un producto del pop, ni más ni menos, y aquí está la prueba, porque estamos ante un buen ejemplo de pop, con sus temas de relleno. Y es que esta colección de 12 canciones (15 en la versión de lujo) prueba que Lana se sacó la mayoría del disco del bolsillo cuando el boom estaba en funcionamiento y todo el mundo esperaba mucho (o demasiado) de ella. Es decir, que da la sensación de que algunos cortes son nuevos intentos de Video Games y Born to Die, que junto a los demás temas que fue adelantando, conforman el mejor material.
Born to Die, empezando por el título (nacidos para morir), rezuma amor, tristeza, melancolía… los sentimientos de una chica que está colada por un tipo que hace lo que quiere con ella. Con Video Games, esa bonita balada de piano con toques de arpa, una declaración de amor donde asegura que su idea de la diversión es jugar a los videojuegos con su chico, Lana maravilló al oyente. Repitió la hazaña con Blue Jeans, corte con un punto de jazz (que explota más tarde en Million Dollar Man) y una guitarra digno de la banda sonora de un western y donde empezaba a asomar esa afición por el hip hop y el rapeo presente en el resto del álbum, y que se manifestó por completo en otra vieja conocida, Off to the Races. Cada tema es una historia con un efecto muy cinematográfico potenciado con la sección de cuerda, como en el caso de la épica Born to Die o la pegadiza National Anthem, y con constantes referencias en las letras al dinero, la fama y esa vida de exceso a la cual la protagonista, que sabe que hemos nacido para morir algún día, parece aspirar. Y entre bases de hip hop, gritos pregrabados y los violines (de los que acaba abusando; están presentes en todas las canciones) se pasea la voz de Lana, grave a veces, muy aguda otras, pero siempre melosa, que pasa de la canción melódica al rapeo con gran facilidad, entregando un fraseo elegante (suena especialmente dulce en Diet Mnt Dew). Sin embargo su voz no evita que sus historias se acaben repitiendo una y otra vez a lo largo del disco; Lana no sale de esa temática de amor rebelde y de Lolitas vestidas de rojo presentes en la misma Lolita (de odioso estribillo: “Hey Lolita hey, hey Lolita hey”) o la irregular Carmen, y suena redundante en Summer Sadness – prima hermana de Born to Die – y en Without You, donde nos deja la frase “I can be your china doll” (puedo ser tu muñeca de porcelana).
Con su imagen retro y sus cuerdas vocales de ‘Nancy Sinatra Gangsta’, la discográfica se pensaba que podrían presentar a Lana como toda una revelación, un nuevo icono, pero realmente no lo es, aunque la pintarán como tal. Lana del Rey es pop preparado y como tal tiene sus aciertos y sus fallos, el primero, que quizás no hacía falta llegar a la docena de canciones, cuando las últimas no acaban de añadir nada nuevo, sino seguir la línea marcada por las primeras. Entre sus aciertos, un estilismo perfecto para esta sociedad actual obsesionada con el vestuario de sus abuelos y un puñado de canciones que harán las delicias de los amantes del pop.
Las cartas están sobre la mesa y se acabó el misterio. Lana podrá o bien acabar de convencer a sus fans o confirmar las dudas de los haters. Y pasada toda la locura y la rumorología, con Born to Die tendrá que demostrar si se merece ese prematuro título de revelación del 2012, porque el golpe de efecto ya lo dio el año pasado, sin disco. (Y, sí, también tendrá que volver a dar actuaciones maravillosas que borren de la memoria colectiva esa noche en SNL). La proyectada reedición de su verdadero debut dará la oportunidad a muchos de comprobar que ya había talento antes del nacimiento de Lana del Rey. Sin embargo, la única frase de la biografía de su página de Facebook reza, “I was lost but now I am found” (estaba perdida, pero me encontré) línea tomada de Born to Die, que Lizzy Grant quiso ser Lana del Rey desde el principio.