[dropcap type=»1″]S[/dropcap]iete años de intentos fallidos experimentando el rincón más increíble, jugando con lo impensable, estrujando la imaginación y viajando en busca de la clave para lograr un aplauso merecido. Un empeño que se disipa en vano para Little Dragon. Ya son cuatro largos y aún la consistencia no ha llamado a la puerta de los suecos. Si había alguna esperanza, ‘Nabuma Rubberband’ (Republic, 2014) la ha despejado de un guantazo.
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Desde su creación, la banda ha venido aferrada a una personalidad que se encaja en la electrónica más leve, pulida y, con todo eso, desapercibida. Este nuevo álbum se presenta en esa misma línea, como otro empujón a hacer que su música triunfe de forma obligada, tal y como es, sin flexibilidad ni discusión. Los pulsos lentos siguen paralizando un potencial que se palpa en los pequeños matices y versatilidad melódica, haciendo imposible la victoria.
La oscuridad en el ambiente vuelve a estar presente desde el primer corte y no deja respirar la expresividad del álbum, ahogándolo en una intimidad abrumadora de la que sólo se salvan temas como ‘Klapp Klapp’ o ‘Paris’. Son estos cortes los que otorgan el aire de innovación al trabajo, acercándose a la animosidad y delirio que la carrera de Little Dragon exige y deberá abrazar para poder continuar a salvo.
[quote_box_center]Republic | 2014[/quote_box_center]