- INDEPENDIENTE
- 2012
-
7,6
Si de algo carece nuestra querida y anticultural España es de una escena musical apropiada. Encuentras algún grupo aquí y allá o, por supuesto siguiendo nuestra desfasada tradición, nos sobran Bisbales y Bustamantes; ¿pero de rock?, ahí ya perdemos un poco el norte. Quizás sea la desesperación o la incansable búsqueda de una utopía redentora, pero tengo la impresión de que las cosas están a punto de cambiar, y parte de esta renovada esperanza se debe a grupos como Nácar. Una banda madrileña que, como todos, con los escasos medios que ofrece nuestro panorama musical, lanzan su álbum debut, Everybody Dreams (2012); un gratificante oasis en un mediocre desierto musical.
El amplio abanico de influencias de la banda conforma un resultado en el que se conjuntan de una manera sutil y profunda, otorgando a la banda un sonido personal e inclasificable. Desde la psicótica psicodelia de Somebody At Home hasta el pasaje final que representa Nobody At Home, el álbum constituye un todo muy bien entrelazado y los factores que influyen en esto son varios.
Por un lado, como comentaba, la personalidad de la banda rezuma en cada nota, con obvias influencias como el stoner de Kyuss, el groove metal más similar a bandas como Mastodon o la psicodelia progresiva, pero constituidas en un sonido personal que sostiene el trabajo de la banda como un todo único. Por otra parte, la organización cuasi conceptual del álbum otorga la perspectiva de globalidad que el trabajo necesita, atrevido para un primer álbum y desde luego acertado. Esto se ve en la estructuración del mismo, con pasajes que conducen de un tema a otro como Dreams In hacia Dreams Fall o la simetría con la apertura en Somebody At Home y el cierre en Nobody At Home. Un concepto audaz y poco recurrente en trabajos españoles.
Como instrumentistas no se quedan por debajo. El trabajo de armonías entre voces y ambas guitarras, sobre todo estas llevadas en producción a cotas altísimas, hace uso de estructuras tanto básicas y efectivas como de arreglos más complejos, con la incursión de varias capas instrumentales magistralmente adaptadas. El virtuosismo solista de estas hace acto presencia en los temas de igual manera, siempre con la composición en conjunto como fin último, tal y como se puede ver en el potencial hit Insight. La sección rítmica no queda rezagada, con un trabajo excepcional en su mayoría, que en ciertos momentos se ve lastrado por un trabajo de producción no siempre tan acertado y algún que otro desajuste del conjunto en mínimas contadas ocasiones. Aun así, el abrumador trabajo de la banda se despliega en todo su esplendor en el tema instrumental Restored, un corte absolutamente fantástico y de colosal calidad.
Pero no todo es un camino de rosas y adulaciones. Si hay algo que no funciona a la perfección es, definitivamente, el trabajo de producción. Los medios con los que cuentan bandas noveles como Nácar no son desgraciadamente los idóneos, cosa que al final afecta irremediablemente su trabajo. Con indeseados efectos de postproducción, a veces el sonido general se ve afectado, así como una distribución de la sección rítmica no del todo correcta, este álbum tendría aún más puntos a favor de no ser por estos detalles. Una auténtica pena, pues el potencial de la banda excede los recursos de los que ahora disponen y les coarta de lanzar un álbum cien por cien profesional.
Afortunadamente todo es cuestión de tiempo y hay que saber ver más allá y admirar de lo que realmente es capaz este conjunto de músicos. Un soberbio primer álbum, en ocasiones perjudicado por una producción con ciertos defectos, pero que no supone un lastre determinante y desde luego no eclipsa la abrumadora calidad de la banda y del álbum. Todo esto, junto a un directo salvaje y preciso, hace de esta una banda a muy tener en cuenta en el futuro de la emergente escena nacional.
por José Roa