Hace cuarenta años perdimos al mejor cantante de música popular que hemos tenido en España. No puede ser otro que Nino Bravo y, por fin, ha tenido un tributo a la altura de la leyenda. Porque no es un recopilatorio al uso, podría hablarse de un álbum completamente nuevo. La Casa Azul nos trae una selección (nada de tópicos, que se agradece) de canciones del valenciano y, aunque las reconozcas, no tienen nada que ver con lo que has escuchado antes.
Desde el lanzamiento del single ‘Esa Será Mi Casa’ ya podía notar que no iba a ser un batacazo. Prometía maravillas que luego ha sabido cumplir fielmente. La mayor parte de los arreglos e instrumentación han sido grabados de nuevo, adaptados de las composiciones clásicas o ideados por el bueno de Milkyway, al que le estaré agradecido toda la vida por hacer un álbum así. Respetuoso pero sin miedo a transgredir el purismo que a todos nos invita una figura como esta.
El funk, el soul, el reggae o los ritmos latinos encuentran su perfecta simbiosis con ‘¿Quién Eres Tú?, ‘Cartas Amarillas’ o ‘América América’. La voz de Nino Bravo suena mejor que nunca tras una remasterización natural y cálida a la que ha revestido de una instrumentación digna de él. Se puede ver el clásico sonido de La Casa Azul, no reniega de sus influencias para este trabajo, aunque no sea propiamente suyo. En temas como ‘Tú Cambiarás’ oirás su particular voz y su clásico sello musical, inspirado en la música disco de los setenta y sin olvidar el ligero toque j-pop que de vez en cuando destila y le caracteriza.
La música electrónica aparece en ‘Arena De Otoño’ e inunda ‘En Libertad’, llegando más allá en su audaz modernización del clásico, siempre con sentido común, y eso se percibe detrás de cada compás.
Artísticamente abarca géneros, arreglos, composiciones e interpretaciones magistrales, pero al pesar por la mezcla el trabajo no se queda atrás. La voz no se encuentra en una pista separada en las grabaciones clásicas, lo cual suma un esfuerzo extra y complicado. Las ingentes capas de cuerdas, guitarras, percusión y teclado se establecen junto a la voz y coros de una manera ordenada y excepcional, creando un impacto de dimensiones colosales. La cristalina producción logra aunar los sintetizadores más actuales con la voz y la instrumentación original, con una coherencia envidiable.
Con ‘En Libertad’ (Elephant Records, 2013), Guille Milkyway firma el mejor recopilatorio de Nino Bravo, insuflando de nueva vida a un artista inmortal.