RECORD
[2012][8]
Nunca he ocultado mi devoción por la música proveniente de Islandia. Tras la alargada sombra de grandes nombres como Sigur Rós o Björk se esconden propuestas que día a día van ganando terreno, de forma merecida, en el Viejo Continente. Este el caso del magistral compositor Ólafur Arnalds o la formación que nos ocupa, Of Monsters And Men. Este sexteto, creado hace poco más de un par de años, acaba de lanzar su primer álbum de estudio, My Head Is An Animal, un trabajo ecléctico y variado repleto de intensas melodías folk.
La historia de la formación empezó cuando Nanna Bryndís Hilarsdóttir decidió añadir dos nuevos miembros a su proyecto en solitario. Finalmente se sumaron tres más y como cuarteto participaron en Músiktilraunir, el certamen donde cada año cerca de 50 bandas islandesas compiten por el reconocimiento de público y crítica. Hilarsdóttir y los suyos arrasaron en su edición de 2011 e iniciaron el proceso de composición y grabación de su ópera prima, para el que añadieron dos nuevos componentes.
Como ellos mismos han reconocido, todos y cada uno de ellos han puesto su grano de arena en los doce temas que forman este My Head Is An Animal, tanto música como líricamente. Este hecho se traduce en una destacable diversidad de géneros y letras, que pueden evocar desde a Mumford & Sons (por el folk) a Beirut (por algún que otro acordeón) o a Arcade Fire (por la fuerza en la mayoría de sus bases).
Además, el juego entre las voces masculinas y la femenina, a cargo de Nanna Bryndís Hilmarsdóttir, dota de gran frescura a todo el disco. Nos ha encandilado especialmente la aportación vocal de Hilmarsdóttir, frágil y con gran carácter, de una escuela parecida a Julia Stone. Es todo un acierto dibujar una serie de temas con especial protagonismo de la voz femenina, como son King And Lionheart, Love Love Love o Slow And Steady. Esta última, tierna y exquisita, encabeza nuestra lista de cortes más reposados.
Sin embargo, la fórmula más usada por estos seis islandeses en su debut no es precisamente esa, sino más bien lo contrario: intensas y crecientes piezas folk, con un uso (un tanto recurrente) de sinfónicos coros, que empujan y motivan al más apático. Los ejemplos más claros de ello los encontramos en Dirty Paws o en Little Talks, tema estrella que les catapultó a la fama. Un auténtico hit que engancha y crece con las escuchas. O en Lakehouse, su hermana menor y excesivamente parecida a ella.
Aunque no acaba aquí, ya que la variedad musical de Of Monsters And Men engloba otras melodías más alegres que rozan el synthpop, como son Mountain Sound, con un “We sleep until the sun goes down” que no nos logramos sacar de la cabeza, o Six Weeks, más rockera. I si este My Head Is An Animal empieza acertadamente con la efervescente Dirty Paws, termina de la mejor manera posible con Yellow Lights. Una coda instrumental bellísima que culmina un estreno de verdadero miedo.
por Sam Gutiérrez