La guerra de la época siempre la perdió Brian Wilson. El californiano andaba pelando su cerebro para componer el mejor álbum de todos los tiempos y cuando publicó ‘Pet Sounds‘ (Capitol, 1966), The Beatles ya tenían la bomba preparada: ‘Revolver‘ (Parlophone, 1966). Aquel álbum termino por efervescer la mente del líder de los Beach Boys. Paul McCartney siempre reconoció que el disco del estadounidense supuso una influencia absoluta que, casi 50 años más tarde, sigue aplicando a su música.
Y lo más fácil sería decir que Macca mejor estaba en casa contando un dinero que no le dará tiempo a gastar o si parece tal o cual cosa. Lo sencillo sería tratar cada nuevo trabajo con el desprecio pop del que supera las tres décadas, tirarlo a la basura. Sé joven, consume rápido. La realidad es que está complicado con ‘New‘ (EMI, 2013), un álbum del que disfrutar sin complejos.
Este nuevo trabajo tira de los sonidos más gustosos de la última década en Gran Bretaña y sirve, más que para intentar atraer a los jóvenes a su música post-Beatles, llevar a los fans de toda la vida a dejarse atrapar por la buena música que no se presenta como reedición. Para ello a reclutado a los mejores conocedores de estos 10 años, productores que trabajaron con Kings of Leon, Amy Winehouse, Black Lips, Lily Allen, The Vaccines, The Rapture o Rufus Wainwright: Mark Ronson, Paul Epworth, Ethan Johns y Giles Martin, hijo del mítico George Martin.
El resultado de esta joven aportación a la producción es un álbum en el que las canciones -adictivas en muchos casos- no encajan como deberían. 14 temas que van desde los sonidos de The Beatles a la elegancia de Chris Martin antes de que decidiera anteponer la estética a la música. Empezar con el rayo de energía de ‘Save Us’ y continuarlo con el pop más clásico -el que él mismo inventó- en ‘Alligator’ muestra un buen gusto que con el paso de las canciones no se descubre casualidad. Indudables buenos temas ‘Queenie Eye‘, ‘I Can Bet’ o ‘Early Days’ antes de ponerse con el núcleo duro y más destacable de ‘New‘.
Es en la propia ‘New’ donde vemos al mejor McCartney, un corte donde se le escucha con la fuerza de los Beatles de ‘Revolver‘. Coros con sus u-u-u-u y un final que engancha la mística vocal del genio de Brian Wilson. Destaca la seducción de ‘Appreciate’, cuatro minutos que se agarran a las tendencias más seductoras de los Muse del ‘Black Holes and Revelations‘ (Warner, 2006) . ‘Turned Out’ tiene algo del pop campestre de ‘Ram‘ (EMI, 1971).
McCartney tenía claro que quería esta visión cuádruple y tal vez es lo que termina lastrando al álbum. La falta de unidad en el global de las canciones acaba por despistar un trabajo que, con conexión, pudo aspirar a mucho más.