PINKERLAND
[2012][6,2]
Muchos músicos insisten en que hay que apostar por la electrónica porque es el futuro. Otros cuantos más opinan que decir eso es quedarse corto, que la electrónica es el presente más claro y con más espacio para crear, y que ya lleva siéndolo un tiempo.
Sin desmerecer a las configuraciones de bandas clásicas de dos guitarras, bajo y batería, que nunca desaparecerán ni dejarán de reclamar su protagonismo desde que fueron creadas, los grupos de sintetizadores, teclados midi, samplers y ordenadores de percusión están llegando a establecer otra formación fuerte que se basa en la digitalización de casi todo.
Con las bases que a Professor Manso le llevaron con The Pinker Tones al reconocimiento internacional y las voces de aquel Pequeño Pecker, primer nombre artístico del oscense Raúl Usieto, que ofrecía canciones de pop bailable desde la primera mitad de la década de los 00’s, estos músicos nos presentan Interludio. El EP viene imbuido en un aura de hip hop inocente, abrigado por unos ritmos y bases tenues pero con un estilo y un carácter que te empujan a zarandearte, a llevar el ritmo con la cabeza.
La parte instrumental bebe de los Gorillaz leves de The Fall, esas mezclas con samplers de voces con ritmos espaciosos suena a los más descafeinados Beastie Boys y las disonancias creadas, especialmente en el juego con la voz en Plan nº 9, nos rememoran los detalles de los primeros Cypress Hill. A más de uno pueden sorprenderle los grupos que estoy nombrando, pero Pecker recupera su faceta más hip hopera que sólo salía a la luz en contadas ocasiones y la mezcla con su habilidad para hacer melodías pop para darle a este trabajo un aire diferente. Definitivamente lo consigue. Conforme el disco suena podemos visualizar las danzas robóticas de los videoclips de Daft Punk mientras la canción camina despacio como lo hacían las de Massive Attack.
El regalo (literalmente ha sido un regalo) sería redondo de no caer alguna vez en situaciones que no avanzan y que no aportan nada al EP en general. Como cuando se dejan llevar por la actitud de chill out y hip hop lento en Madres y Selvas, donde se acercan más a fiascos como Bebe o el espíritu insulso de La Mala Rodriguez, o cuando Plan nº 9 se atasca en el estribillo y las disonancias que sonaban insinuantes pasan a sonar a Macaco.
Iniciativas que desembocan en buenas ideas como esta de Pecker y Manso se echan de menos en el panorama nacional e internacional. Mientras, en el mundo del pop la colaboración entre músicos es algo habitual en el panorama independiente resulta que las peleas de egos nos privan de estas creaciones. En mi humilde opinión, el elevado número de colaboraciones debería dejar paso por fin a este tipo de proyectos conjuntos, que pueden resultar mucho más estimulantes.
por Fernando Naval