CLUB TAPE-
7,6
- por Sam Gutiérrez
La historia de cómo descubrí a Peter & Kerry resulta bastante curiosa. Fue hace unos meses, cuando repasando la agenda semanal de conciertos de Londres (donde tengo la suerte de residir desde hace un año) me llamó la atención la visita de Amanda Mair a la capital británica. Le acompañaban un par de grupos locales, a los que sinceramente no presté mucha atención. La joven cantante sueca era motivo de sobra para pagar las 8 libras que costaba la velada. Llegó el día y me presenté en el local con, sin saberlo, el tiempo justo para pescar el inicio de I Don’t Know. Desde que ese pegadizo ritmo entró en mi cabeza, quedé hechizado por esta encantadora dupla. Eran Peter & Kerry.
Peter Lyons y Kerry Leatham eran dos talentosos londinenses que desarrollaban sus carreras musicales por separado. Sin embargo, tras asimilar que su proyecto conjunto caía con más gracia, decidieron juntar esfuerzos para relanzar una banda que completan batería, bajo y guitarra. De allí surgió un primer delicado EP en 2011 (Clothes, Friends, Photos) y un año más tarde, el largo que nos ocupa, La Trimouille.
En este álbum, producido por el sello Club Tape Records, se afianzan los recursos musicales que tanto me fascinaron en directo y se edifican los cimientos de una formación pop con tanta personalidad como proyección. Un repertorio singular que musicalmente abarca tanto el pop dulzón de guitarras como un sintetizador y unas bases propias de décadas anteriores. La calidad de cada una de las melodías se acentúa con unas letras efectivas y frescas, que firman los propios Peter y Kerry.
No es fácil destacar alguna de sus piezas, aunque Fifty in the $lot$, Montmorillon y Broken son los cortes más flojos de un tracklist que no obstante mantiene la coherencia en todo momento. En su faceta pop sobresalen I Don’t Know, erigido ya como su tema estrella, y Fucking Around, original y efervescente, mientras que Split for the City y Wheels Start Turning encabezan su recopilación más ochentera. La melosa voz de Kerry en St Pierre pone el punto y final a La Trimouille, un trabajo fino y atractivo, que se hace muy muy corto y que es un acompañante inmejorable en un paseo por el Londres de nuestros días.
