Con la excusa de hacer punk, cualquiera se sube al carro de la música sin tan siquiera aprender a tocar un instrumento; ni siquiera a afinarlo. Para el segundo álbum de Pop. 1280, ‘Imps of Perversion’ (Sacred Bones, 2013), siguen sin haber aprendido a tocar o componer canciones, por lo menos, mediocres. Si alguien toca así, no es por gusto, es por falta de calidad.
La retahíla de injustificado ruido al que nos someten en este álbum simplemente no merece la pena. No es posible sacar algo en claro de un trabajo que comienza con ‘Lights Out’ en su terrible desafinación y mala interpretación, continúa en el mismo estilo en ‘The Control Freak’, aguantan medio minuto de ‘Population Control’ con la peor producción de la historia y, cuando ‘Nailhouse’ se estira por más de siete minutos, ya te das cuenta de que debe ser una broma.
Cuando los Sex Pistols popularizaron el punk, tampoco eran genios talentosos, pero respetaban unas normas musicales que no existen para molestar o por gusto, existen porque son lógica, son matemática y transmiten empatía a cualquier nivel. La banda del inexcusable cyberpunk que utilizan como alegato ante su capacidad desprovista de talento, no transmite más que pena y repulsión.