Desde Madrid llegamos en un pestañeo a Reikiavik, porque está mucho más cerca de lo que parece. El paisajismo musical de la banda, por doble partida capitalina, nos transporta al gélido paraje de la ciudad islandesa sin dejarnos fríos, aunque sin calentarnos completamente. Y no lo hace porque no logra desvestirse de unas influencias demasiado evidentes que no dejan de evocar a los originales.
Su álbum debut es ‘Daño Universal’ (Reikiavik, 2013), autoeditado -porque ahora es casi la única manera para una banda nueva-, basado en una dinámica flexible que no permanece en una zona segura. No significa ello que sean unos adalides de la versatilidad, pero logran tocar distintas facetas de un estilo congruente.
Este trabajo destila un brit pop honesto, tanto quizás como poco original. La voz de ‘Puede Ser’ podría estar interpretada por Liam Gallagher perfectamente, aunque sería injusto decir que solo se quedan ahí. Temas más pausados como ‘Acróbata’ comparten protagonismo con el rock estadounidense de ‘Abismo’, logrando una coherencia y una unidad inusitada en una banda emergente, a las que esperamos que se sume una marca propia y no necesiten recurrir tan claramente de influencias externas.