- LAGONARANJARECORDS
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6,6
- por José Roa
Con su segundo trabajo de estudio, Rufus T. Firefly ahonda y perfila la búsqueda de su carácter, explorando influencias externas que añadir a un núcleo propio de nuestra escena, cada vez más recuperada de su diezmada trayectoria. Con su anterior EP, La Historia Secreta De Nuestra Obsolescencia Programada (2011), ya avisaban de que se avecinaban cambios, contando de nuevo con Manuel Cabezalí de Havalina a la producción, lo que da a ambos trabajos un toque particular muy reconocible. Este segundo largo, Ø (2012), se convierte en su primer álbum de estudio en castellano, un acercamiento a lugares más oscuros y, en todos los sentidos, un trabajo más grande.
Tantean nuevos horizontes, ayudados en gran medida por una producción más acorde a unas aspiraciones de esta magnitud. El espacio sonoro es mucho más amplio con su debut, manteniendo gran parte de la personalidad indie de su autoproducción, pero engrandecido a base de una composición mucho más completa tanto en los temas más potentes como Test De Voight-Kampff o Ya De Niños Odiaban La Música, como también se aprecia, incluso de mayor manera, en su zona de confort de temas más pausados como Somos El Enemigo.
La instrumentalización individual aporta mucho fondo al conjunto, dando un peso y una amplitud a cada pista que transforma los temas en sus ambientes y su profundidad. Las guitarras se implementan entre reverbs junto a los teclados y sintetizadores, dando forma a las atmósferas y más pendientes de la creación de paisajes sonoros que de propios riffs, incluso cuando estos toman más presencia, salvo El Día De La Bicicleta, donde el inesperado cambio en la trayectoria de la canción despunta del desarrollo general de los temas de una manera muy positiva. Con Otra Vida, tema de apertura, presentan el estilo en el que se desarrolla la mayoría del álbum: un viaje a través de la etérea suavidad de sus texturas musicales, con puntuales brotes de rabia más definida, guiados siempre por una voz lógica en su cohesión y su temática, siempre dada a la interpretación. La idea siempre es la misma, aunque en ocasiones caiga en composiciones más comunes, faltas de ese brillo de autenticidad que por lo general tienen los temas, como Ruidos Y Sueños.
Las letras de la banda nunca son sencillas, creando esas imágenes abstractas que la música traduce, dando pie a todo tipo de interpretaciones. Camina entre los contrastes de luz y oscuridad, al igual que las notas que la adornan. Dichas notas emitidas por unos instrumentos que olvidan los individualismos, haciendo un todo compacto, una masa que se muta con el devenir de los compases, dejando paso en momentos al individuo para aparecer, como en El Séptimo Continente. Por lo demás, la técnica no es su cualidad esencial, sabiendo optar en sus puntos fuertes por la creación de estados musicales más que melodías definidamente separadas basadas desarrollos complejos o técnicamente interesantes. Por separado, salvo en temas más vivaces, los arreglos, ritmos y demás elementos no destacarían en su simpleza; la unión hace la fuerza, creando estructuras interesantes, colosales en la extensión de su sonido y de calidad a partir de unos elementos muy simples.
Uno de los objetivos principales en un segundo álbum es avanzar respecto al primero, lograr dar ese paso hacia la madurez y conocimiento en la creación de un disco que define que trayectoria te espera. Si esta es la asignatura a examen, desde luego han aprobado. No es un objeto único, toman prestadas ideas de otros artistas actuales y le dan un giro personal, que no inédito. Aún hay mucho desarrollo ante ellos y la dirección no pinta nada mal.