La afabilidad canadiense hace del país norteño el idóneo para vivir -si no te importa el frío-, para disfrutar de su tranquilidad y para publicar un álbum cercano, accesible, pero cuya simpatía le juega una mala pasada. Nada que ver con la calidad intrínseca de ‘Lo-Fantasy’ (Paper Bag Records, 2014), sino por la falta de garra que caracteriza a Sam Roberts y su banda.
Las distintas canciones, el concepto, su estructura, casi todo funciona al 100 %, pero a fin de cuentas resulta inofensivo. Algunas de las melodías, como aquella de ‘Human Heat’, suenan impersonales al no lograr encontrar unos giros únicos, sonando a todo y a la vez a nada. Fácilmente alguna te recordará a más de una canción. No es un problema que hunda al álbum, pero lo empujará hasta el fondo de tu mente y, probablemente, termine por difuminarse en la memoria muy pronto.
Busca entre géneros tan dispares como la música disco y el brit rock de estadio, los encaja aunque sea a la fuerza y funciona, aunque no sorprenda o encante. Los sintetizadores que conducen ‘Chasing the Light’ entran en sintonía con la ambientación de la línea del álbum, aunque el tímido experimento resulta bastante dispar con el resto de temas. Todo esto no significa que sea malo o poco disfrutable, lo disfrutarás, pero salvo en temas como ‘We’re All in This Together’, la vida del álbum puede ser bastante efímera.