Como un regalo embalado en papel de burbujas, llega a nuestras manos ‘Trouble Will Find Me’. Es cosa seria, ni mucho menos un juguete. Se trata del último trabajo de The National, y como tal, hay que irlo desenvolviendo.
En 2001 este grupo de amigos de Brooklyn explotó con ‘The National’. Entonces, nadie imaginó que la banda acabaría soltando la bestia que más adelante vimos en álbumes como ‘Alligator’ o ‘Boxer’. Una bestia que no cesaría de dar zarpazos dejando marcas de por vida en la cara de músicos mediocres y en el recuerdo de todos cuantos bailaban sus canciones.
The National dieron la mano a unos seguidores que les hacían imprescindibles y crecieron con ellos. Maduraron juntos y aún ahora que la bestia parece irse amansando, siguen unidos por un efecto que sólo Matt Berninger y los suyos pueden lograr.
El tiempo pasa y las bandas, como las personas, cambian de manera inevitable. Los de Brooklyn han sabido hacerlo educadamente, sin molestar a nadie. Ya en ‘High Violet’ notábamos a unos National a la deriva, dejándose llevar por los achaques y júbilos de los años. Ahora, en ‘Trouble Will Find Me’, más apaciguados que nunca, nos cogen en brazos y nos mecen con amor durante trece canciones.
Cuando ‘I should live in salt’ empieza a sonar, el perfecto compás de los instrumentos parece querer llevarnos hacia ‘Imagine’ de los Beatles, provocando el erizo de nuestro vello como acto reflejo. Entonces Berninger coge las riendas para demostrarnos que lo que suena son The National y, rompiendo esquemas, se hace dueño de una canción sincera y memorable.
Con el corazón encogido, se abren paso ‘Demons’ y ‘Don’t Swallow the Cap’. Firmes y delicadas al mismo tiempo. Dos piezas maduras que hay que tratar con respeto y admiración, como a cualquier mayor.
‘Fireproof’ nos acaricia hasta el borde de la somnolencia, pero ‘Sea Of Love’ llega para liberarnos del peligro. Se trata del primer single de este ‘Trouble Will Find Me’. Merecido reconocimiento para estos 3:42 minutos brillantes que tratan de recuperar a los viejos National, cuando la bestia rugía causando pavor.
‘Heavenfaced’ y ‘This is the last time’ vuelven a poner el freno. Canciones para respirar profundo y apreciar el aroma de sensatez y destreza que aportan más de doce años de carrera. La calma se destruye con una batería que suscita ‘Graceless’ y nos eleva a lo más alto de una montaña rusa que no interrumpe ni un solo instante el vaivén de pasiones extraordinarias.
Bajada en ‘Slipped’ y ‘I need my girl’ cayendo en un letargo del que nos despierta ‘Humillation’, ajetreada y prudente, perfecta para dar paso al cierre a cargo de ‘Pink rabbits’ y ‘Hard to find’. La voz de Matt Berninger te agarra la cara, te mira a los ojos y te mima llevándote hasta el final.
Así se cierra un disco minucioso donde cada detalle desata una emoción inenarrable. ‘Trouble Will Find Me’ mantiene en lo más alto a una banda que refleja el paso de los años con una elegancia y sutileza admirable. Seguiremos creciendo y nos encontraremos en la próxima parada. Cuídense, The National.
¿Qué nota le darías tú al nuevo de The National?
El disco del año sin duda, pero… Imagine de los Beatiles. Ouch!!