Raro, poco común, excéntrico, bizarro, original, peculiar y muy especial. Podría pasarme el día adjetivando su nuevo trabajo, pero no hay mejor palabra para definirlo que victoria. ‘Victoria Mística’. Porque Triángulo de Amor Bizarro se coronan con este tercer disco.
Tres extensos años ha durado la espera para poder escuchar lo nuevo de la banda gallega, y es que ya se dice que lo bueno se hace esperar. En este caso tendría que ser algo muy bueno. Desde que publicasen en 2010 su ‘Año Santo’ todo han sido elogios para el grupo, buenas críticas, una firme consolidación como banda, perfectos directos, numerosos premios y una legión de fans que les acompañan. Viendo esto, los gallegos pudieron haber optado por aprovechar el tirón mediático del momento y grabar más discos. Pero ellos no, prefirieron tomarse un tiempo y hacer las cosas con calma, que para grabar la primera porquería que se te ocurra y vender, vender y vender, ya están otros.
“¿Has escuchado lo nuevo de Triángulo de Amor Bizarro? Es igualito a los primeros de Los Planetas”. Esas fueron las primeras referencias que obtuve del disco, y si se les comparaba con los granadinos, perdónenme, pero muy malo no podía ser. Como decía, el listón lo tenían muy alto, su anterior trabajo era impecable, pero con esta última parte de la trilogía sellan un círculo casi perfecto.
Abren el disco con la explosión que acarrea ‘Robo tu tiempo’, el primer cuchillazo por parte de la banda suena directo. Sin piedad, con esa redundante guillotina y sonidos siderúrgicos con una única intención, no dejar títere con cabeza.
Después del arranque bestial y casi sin aliento nos encontramos con ‘Estrellas místicas’, un canto al mundo de la música y a su comercialización, donde es Isa la encargada de trasportarnos al sonido más pop de la banda, que exactamente no significa que pierda magnitud. Perfecta distorsión que se amolda a la dulce voz de Isa y a unos incesantes coros que rezan “guarda el veneno y sonríe, hostia, sonríe, hostia”.
Dos partes de una misma moneda, que a pesar de ser sonidos muy extremos encuentran el perfecto equilibrio a lo largo de las 9 canciones que forman el disco. Sigue siendo el turno de Isa, con la acertadísima y tierna ‘Un rayo de Sol’, que tal y como describe el título es la luminiscencia personificada que con sus letras demoledoras, nos pisotea sin compasión.
Llegamos al ecuador del disco y qué rápido está resultando el viaje. ‘Delirio místico’ y ‘Ellas se burlaron de mi magia’ cogen el relevo para volver a volarnos los sesos. Psicodelia pura y esas melodías tan adictivas. Demencia en bucle, sonando como balas súbitas. A estas alturas los gallegos se deben haber quedado sin munición.
‘Lo Hispano Marcha-La Banca Paga’ ácida y de base caótica tiene como telón de fondo la crítica social. Resultan tan veloces que cuando nos queremos dar cuenta se nos han escapado de las manos en un soplo de aire. Para terminar llega ‘Clara’, reiterante, con la voz de Rodrigo casi susurrante pidiendo sangre, como un último y mortal navajazo.
Nos encontramos con un disco impulsivo que nos deja grandes canciones, donde Isa parece haber encontrado todo el protagonismo. ‘Victoria Mística’ esquiva la dificultad del tercer disco, incluso se atreve con sonidos más pop. Lo que demuestra que aún queda esperanza en el indie patrio y que nos recuerda “sonríe, hostia, sonríe”.