TOUGH LOVE
[2012][7,3]
¿Por qué las bandas británicas tienen ese punto melancólico del que difícilmente se libran y que las hace tan atractivas? Podría poner cientos de ejemplos, que irían desde el postpunk de Young Marble Giants o The Smiths hasta los actuales Crystal Fighters, pasando por Blur, y que incluso en los Arctic Monkeys está presente. Weird Dreams no rompen la tradición ni se salvan del estigma (que ojalá tuvieran todos los grupos), como queda demostrado en su primer LP, Choreography.
El líder de este cuarteto es Doran Edwards, quien conoció a su compañero Craig Bowers en la tienda donde ambos trabajaban. Tras autoproducirse el primer EP, Hypnagogic Lullaby, les llegó el contrato discográfico de la mano de Tough Love Records, con quien grabaron el sencillo Holding Nails y finalmente este álbum.
Un largo que tiene pinceladas de genialidad en algunas melodías, como es el caso del Faceless, pero en general escasean en estos doce temas. La mayor parte de ellos se basa en la repetición de ritmos y riffs. Temas como Vague Hotel, que abre el disco, o Velvet Morning se antojan faltos de acción, demasiado previsibles. Los temas tienen muy pocos cambios, y eso me ha creado una sensación de monotonía en la primera escucha, algo poco recomendable para un disco. Si bien es cierto que en todos ellos hay una evolución, ligeros crescendos que se abandonan antes de llegar al clímax, siendo un buen ejemplo de ello el décimo y undécimo cortes, Summer Black y Michael, en los que no existe un desenlace, un tercer acto coherente. Lo que hacen los londinenses con sueños raros es terminarlos, sencillamente, deshaciendo lo que habían creado durante todo el tema. ¿Será ésta realmente la influencia de David Lynch de la que tanto se habla? Se parece demasiado a lo que hace este cineasta con sus tramas.
Por otra parte, no están inventando nada los cuatro músicos de Londres. Podríamos definir como dream pop lo que hacen estos muchachos, siguiendo la corriente principal del indie pop actual, aunque el estilo general del disco no está del todo definido. Podrían haber aprovechado sus cualidades musicales, patentes en la obra, para hacer algo más original y con más garra. No es todo lo duro que en un principio se espera de él. Una imagen agresiva y descuidada y unos segundos iniciales en los que se oyen ruidos que son cortados repentinamente para que suene un riff seco de guitarra (recurso que repiten en varias ocasiones), parecían que iban a traer un disco que nos iba a llenar por su fuerza, pero no fue así.
Es una obra con escasos toques claros, superficiales, como ocurre con Little Girl, el corte más fácilmente asimilable del disco, con un estribillo pegadizo y guitarras cálidas y compactas. Algunos temas son casi una revisión del postpunk. Me refiero en concreto a 666.66, que, además de su título satánico, es el corte más oscuro, con un ritmo de batería muy denso, centrado en la caja, en el que se aprecia una influencia de grupos como Bauhaus. Otros, como el anteriormente citado Michael pueden recordar a los temas más suaves de The Pains of Being Pure at Heart, por su muro de sonido más o menos comedido formado por las guitarras y la voz.
Evidentemente tenemos que hablar de un disco trabajado, creado por músicos con talento, pero que, quizás por ser una obra temprana, no está del todo encaminada a un estilo definido que caracterice a Weird Dreams. Espero que tengan una carrera muy productiva porque por ahora, prometen.
por Yago Cobas