No es muy frecuente últimamente que llegue a mis manos un disco que me llame la atención. En este aluvión de grupos que, unos más y otros menos, tiran hacia el dream pop, los criterios se hacen cada vez más difusos. Este disco pertenece a uno de esos grupos. Jack Tatum, tras su debut en 2010 con su largo Gemini (que tuvo una canción entre las mejores de 2010 para Hablatumúsica), regresa con Nocturne.
Este largo es bueno a nivel local, pero flojea a nivel global. Es por todos conocido que el paso previo a crear es observar y empaparse de lo que existe. No se puede crear algo de la nada, aunque algunos artistas siempre son más rompedores y otros más continuistas. Tatum, al igual que Tarantino, es de los segundos. En Nocturne deja ver sus influencias sin tapujos. Lo cual tampoco es bueno, ya que lo que se consigue con una transparencia total es que tu disco recuerde a algo que ya existe constantemente. Esto, sumado a que no hay demasiada variedad en cuanto a estilo, hace un disco más bien vacío e inocuo.
En el plano musical, este álbum no destaca por su dificultad. Las armonías y líneas melódicas son más bien simples. Decir que todas las canciones suenan igual sonaría demasiado burdo y poco justificado, pero sí es cierto que ninguna destaca, ninguna asoma la cabeza sobre las demás, al menos a simple vista.
Nos encontramos a lo largo del disco sabores añejos, que nos recuerdan a la New Wave, como el séptimo corte (Disappear Always), con influencia de The Cure. El siguiente a este, más electrónico, puede traernos a la cabeza a Depeche Mode. Sin embargo, el mejor tema de este álbum es, con diferencia, The Blue Dress. El penúltimo tema empieza con un riff de guitarra cansino y repetitivo, pero al momento, el bajo toma las riendas mientras una voz casi lastimosa nos transporta al Manchester de 1980. La herencia del post-punk de Young Marble Giants.
Por otra parte, en la primera mitad del disco, las sonoridades no son tan oscuras. Por ejemplo, el tercer tema, que da nombre al disco, es el más pop y el que más puede llamar la atención a primera vista. El quinto, Only Heather, otro de los mejores, tiene un sonido surf muy potente.
En resumen, Nocturne no es un álbum para ser adorado ni creo que esté en los discos de este año, simplemente es un buen disco que pertenece a ese aluvión de música dream pop del que hablaba al principio. Si Jack Tatum sigue evolucionando, quizás en un tercer disco ya podríamos hablar de un disco muy contundente. Por ahora hablamos de su potencial.
Por último, solo como curiosidad, y no como justificación a mi opinión, ¿qué hace un grupo con una página web que parece un mercadillo y un perfil todavía activo en Myspace?
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