GRONDLAND RECORDS [2011]
[8.2]
Desde que era un chaval, el pequeño William ya se vio rodeado por instrumentos. Su padre y su madre, ambos ciegos, se dedicaban profesionalmente a la música e inculcaron al menor de sus hijos una pasión y un talento que se hacen evidentes en los hasta hoy seis trabajos de estudio del compositor de Pittsburgh. Aunque medida que fue creciendo, la carrera artística de William Fitzsimmons se diluyó y empezó a trabajar como terapeuta en salud mental. Sin embargo, a partir del año 2005 aparcó temporalmente sus estudios de Medicina y se centró en la creación musical, decisión que celebramos fervorosamente. Fue entonces cuando adquirió cierta popularidad a raíz de la incursión de varios de sus temas en populares productos televisivos, como la serie Anatomía de Grey, que arrasó en el mundo entero y le sirvió de trampolín para dar a conocer sus melodías.
Este 2011, tan sólo un año después del Derivatives (2010), William Fitzsimmons vuelve a la carga con Gold In The Shadow, un álbum exquisito de línea continuista que combina la faceta más folk del estadounidense con una sugerente vertiente electrónica.
La encargada de abrir el sexto disco de Fitzsimmons es The Tide Pulls from the Moon, suave y bien dibujada, en la que comparten protagonismo guitarra, batería y voz. Es la guitarra la que toma el mando en Beautiful Girl, bonita y líricamente impecable. Más folk en The Winter from Her Leaving, con la aparición recurrente de un banjo que teje una canción pegadiza y muy agradable al oído. Su cuarto corte, Fade and Then Return, hechiza desde la primera escucha y lo considero uno de los temas más encantadores y sorprendentes de los últimos tiempos en la música pop-folk. Singular, bello y creciente, representa a la perfección el estilo de Fitzsimmons.
El aspecto más experimental del estadounidense se refleja en Psychasthenia, pausado electropop que resulta bastante convincente. Llama la atención la (acertada) colaboración de Leigh Nash en Let You Break, pieza pop a dos voces que evoca a las mejores creaciones de The Corrs o The Cranberries. Pasado el ecuador de este Gold In The Shadow, destaca Wounded Head, alegre y festiva, from the Water, deliciosa y Blood and Bones, que pone el punto (y seguido) en la portentosa trayectoria del talentoso William Fitzsimmons.
La grandeza del mundo de la música reside en su infatigable capacidad para sorprenderte. Y las 12 canciones que forman este Gold In The Shadow son una de las más cautivadoras sorpresas de este 2011 que está llegando a su fin.