Si por un casual, al escuchar Autumn Comets te viene a la cabeza la típica banda de cochera que sólo toca en bodas, bautizos y comuniones, estás muy equivocado. Estos seis muchachos demostraron anoche que son mucho más que una cara bonita y 22 canciones de estudio.
Llegamos al Teatro Lara poco después de abrir las puertas, y entre una cola de gente en la que la mayoría superaba los 25, pudimos hacernos con dos sitios tras algún que otro problema con la organización. Todo el mundo acomodado, luces apagadas y la banda telonera, Neuman, hizo su aparición en el escenario. Fernando y Paco, en representación del resto del grupo, nos dedicaron media hora en formato acústico. Siete íntimas canciones que emocionaron a más de uno. Con ese particular y potente mano a mano, se despedían para dejar paso a sus amigos.
Ahora sí, Autumn Comets se hacían dueños del escenario para presentarnos su nuevo disco, ‘Moriréis en Camboya’, cuyo nombre se lo proporcionó una fan cincuentona en pleno estado de embriaguez. Así lo contaba Julián, guitarra y voz.
This is for Everything fue la elegida para acabar con la impaciencia de un público que aguardaba en sus butacas deseando ponerse en pie cuando, a golpe de bombo y bajo, la canción iba ganando en intensidad. A esta le siguieron Fuck Birds y Baltimore. Tres canciones que sirvieron como carta de presentación para su nuevo trabajo y en las que podíamos adivinar sonidos mucho más contundentes que en el anterior, siempre sin abandonar el halo folk promovido por una viola y, a veces, un banjo.
Los madrileños entrelazaron temas nuevos como Eslovaquia o la esperadísima y alabada Snakes at 3.00 A.M con éxitos como The Day After Tomorrow de su anterior LP, ‘A Perfect Trampolin Jump’. Entremedias, dejando atrás el rock intenso de guitarra y batería, nos mostraron el resultado de su versión del melancólico tema de Bonnie Prince Billy, 2/15. Para seguir con este vaivén de melodías pausadas y ritmos sosegados, nos regalaron en exclusiva una nueva canción compuesta hace tres días.
Tras The sea won’t be calm for long, llegaba el primer bis que confundió a más de un despistado que se levantó dando por terminado el concierto. Aun así, y tras algunas réplicas de los asistentes, los seis integrantes regresaron al escenario para interpretar una emotiva When the seagulls follow a trawler que culminó con un entrañable dúo entre los hermanos Campesino.
Bromeando con la necesidad de terminar para irse a tomar una copa, dieron paso a Plans y se volvió a desatar la locura. Guitarras volando, micrófonos por el suelo y más de un empujón fueron las claves para el cierre perfecto. Autumn Comets no van en broma. La impecable compenetración entre sus miembros, sus sincronizados movimientos y la pasión que le echan hace de ellos que no sea un grupo de bodas, bautizos y comuniones.