El teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid acogía ayer por segunda noche consecutiva el espectáculo de unos de los mejores grupos de la escena Indie española, los barceloneses Standstill.
La formación capitaneada por Enric Montefusco presentaba Rooom, la traducción a escena de su último trabajo, el triple álbum Adelante, Bonaparte (2010), una interpretación de las 20 canciones que lo componen, desde el Prefacio hasta el Epílogo, acompañadas por un montaje audiovisual.
Cuando Standstill representa Rooom el público no puede esperar un concierto al uso. Con una sencilla puesta en escena, durante casi dos horas la banda invita al público a centrar los sentidos en la música y las imágenes que se proyectan en las tres pantallas que les respaldan, único ‘atrezzo’ del escenario. Ellos tampoco reclaman ser el centro de atención. Vestidos de negro, la mayor parte del tiempo se convierten en sombras de cuyas manos salen las bellas melodías de la fábula de Bonaparte.
Y aunque el show consista en la interpretación de un disco (bueno, tres) pista por pista no significa necesariamente que sea aburrido. Adelante, Bonaparte cobra una mayor fuerza en directo. Las imágenes interactúan con la música y viceversa, la ejecución de cada canción es vibrante y sentida, el ritmo intenso y apasionado. Los tambores fueron contundentes en La Familia Inventada, marcaron bien el ritmo en Adelante, Bonaparte, la guitarra fue tierna y suave junto al fuego de las pantallas en Cuando Ella Toca El Piano. Y mucho más: xilófonos para imágenes infantiles, fuegos artificiales, el mar, las constelaciones, habitaciones, personas, palmas… y la voz de Montefusco, pone los pelos de punta. Todos estos elementos hacen de Rooom una experiencia única.
Quizás dieron la espalda al público. Quizás no estuvieron muy pendientes de la gente que les observaba. Pero disfrutaron, sonrieron, intercambiaron miradas de complicidad, y ese buen rollo fue captado por los asistentes. Al fin y al cabo, los chicos de Standstill estaban en su mundo, en su habitación y un reducido aforo había sido invitado, una noche mas, a entrar a mirar y descubrir su Rooom.
Beatriz H. Viloria