- Texto y fotos por Yago Cobas
Se esperaba como uno de los conciertos más contundentes del comienzo de la temporada y lo fue.
Empezaron puntuales y con el estómago lleno Be Forest, quienes minutos antes de subirse al escenario estaban cenando comida rápida en los alrededores. Los italianos tocaron un set más bien corto, presentando su primer LP Cold, y con su shoegaze poco a poco se fueron ganando al público, pero todo el mundo estaba impaciente esperando al plato fuerte.
Tras comprobar que todo sonaba correctamente, Japandroids hicieron esperar unos minutos en los que se podía palpar la tensión en el ambiente. Por fin salen al escenario. Brian King se cuelga la guitarra y saluda con un: Hi everybody! y David Prowse se acomoda en la batería. Todos deseaban escuchar el rugido de los watios, pero Brian se hizo de rogar y comentó que llevaban treinta y cinco conciertos por Europa, y esta era la primera vez que tocaban en Madrid… Tras varios amagos, por fin sonaron los primeros acordes de The Boys Are Leaving Town. Esto es rock. Sin florituras ni rodeos. El público comenzó a moverse, aunque la mayoría aún un poco tímidos. Siguieron con Adrenaline Nightshift, Fire’s Highway… Y así se fue caldeando el ambiente, que llegó al clímax con el tema más contundente (si es que hay alguno que sobresalga) de su último disco, The House That Heaven Built.
Los problemas técnicos, como el amplificador que dejó de sonar, no amargaron la cita. Cosas del rock. Tampoco que el volumen no estuviera excesivamente alto, ya que se suplió con la actitud agresiva sobre el escenario de ambos. Además, su sonido en general no tenía nada que envidiar al del disco, incluso en el caso de las líneas de bajo, tocadas por el propio Brian. Durante el exhaustivo repaso a su repertorio, el público llegó a formar algún pogo. Aunque alguno que otro se quedó quieto y prendado de la imagen de los canadienses, puesto que uno de los mejores puntos de esta mítica sala del centro de Madrid es lo cerca que se puede ver a los artistas.
Decía al principio que había sido un contundente directo, y lo mantengo, ya que lo que hace potente un concierto, más que el sonido, es la actitud, y a Japandroids es algo que les sobra.
