Hay una duda que nos ha asaltado a más de un músico al plantearnos las razones que hacen triunfar a los grupos. En un mundo en el que hay grupos con calidad de sobra como para estar a un primer nivel, ¿qué es lo que diferencia a los buenos de los que acaban triunfando? Podemos hablar de que para gustar a una cantidad de público grande hay que hacer concesiones a lo comercial, que hay que tener un temazo como Midnight City, que en el primer nivel pequeñas diferencias cualitativas son decisivas o incluso que lo realmente importante es la suerte de aparecer en el momento y lugar adecuados como para que la gente tenga una predisposición buena que es la que te encumbra.
Comenzaron M83 con el tema que abre Hurry Up, We Are Dreaming: Intro. Con la batería acústica imprimieron intensidad y con las voces y los sintetizadores conquistaron rápidamente al público. Fue una pura introducción, de forma progresiva, llevaron al público a la descarga de energía un los subidones de electrónica que estarían presentes en casi todas las canciones.
No daban un respiro los de Anthony González, que de forma casi seguida pasaban de un tema a otro velozmente. A los que, como yo, esperábamos una actitud en el escenario más parecida a Animal Collective o Neon indian, más de grupo de electrónica y menos de banda de rock, nos dejó sorprendidos el carisma de los acompañantes del único miembro real de M83. Todos los músicos desplegaron su magia en el escenario, y lo hizo con una calidad apabullante Morgan Kibby. La corista tuvo bastante protagonismo en varias partes del concierto con una voz aguda y definida que manejaba como le venía en gana.
Para destacar algunos momentos debería hablar de Wait, esta canción mostró la segunda cara del grupo y las dos caras del público. La segunda cara del grupo que había estado volviendo a la gente loca con Graveyard Girl o Reunion que nos llevaba por la magia de una balada lenta y progresiva que encendió la sensibilidad de los asistentes y prendió como una mecha, y las dos caras de un público que habiendo agotado las entradas de la Riviera provocaban un griterío insultante mientras sonaba algo tan delicado.
Durante la noche se sucedieron bastantes canciones de electrónica más dura mostrando con ello el tipo de apuesta que hizo la banda cuando, inexplicablemente, metieron Midnight City en una parte del set list irrelevante, aunque a pesar de ello enloqueció al público que vibró y saltó cada vez que volvía la inspirada melodía del tema y reservaron para el final Couleurs, bastante más pasada de rosca de lo que cabía esperar.
M83 apostaron por los subidones en sus inspirados estribillos y en canciones de electrónica que provocaban un ambiente narcótico, las bases de un género que se está explotando como la mina de oro para la música independiente. Apuestan por algo parecido a lo que han hecho otros grupos como Cut Copy, Delorean, los ya nombrados, o incluso LCD Soundsystem, pero como ellos, su propuesta viene imbuida en un espíritu diferente, no diremos único pero diremos reconocible. Anthony ha dado con la clave del éxito, que no es sólo tocar bien, o sólo tener suerte, o sólo estar inspirado. Es todo eso, y además, especializarte y diferenciarte. Dejar de ser uno más para desarrollar un sonido y una actitud propia es la catapulta al éxito.
Fotos: EFE
Texto: Fernando Naval
Apoyo incondicional: Nacho Segovia
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