Un ciclón no debe distar mucho de lo que se vivió el sábado en la sala Independance. Más allá de sus escaleras, el clima aguardaba un giro radical que estalló repentino cuando Karen Marie Ørsted dio el primer paso sobre el escenario. Viento abrasador provocado por bailes inimitables, precipitaciones en forma de sudor, pronóstico más que indómito para una noche en Madrid que no hacía más que empezar. El ciclón MØ.
Como arrancado de las entrañas, el electro-pop de la danesa salpicó a todos los presentes haciendo de ‘No Mythologies to Follow’ (Chess Club, 2014) un trabajo algo mejor. A pesar de que nada entre aquellas paredes concebía la estabilidad –ni siquiera la cobertura–, logramos sobrevivir a una hora criminal entre yonkis del baile y, al mismo tiempo, detallar ipso facto todo movimiento. Bueno, casi todo.