Richard Buckner (Costello, MAD) 17.5.12

Fecha:

  • Fotos por heinekenpro.com / Macarena Gómez
  • Texto por J.Castellanos

No llegábamos a treinta. Paralela a Gran Vía entrando por Montera, esquivando terrazas, hombres que venden oro, hombres que lo compran, turistas que miran atónitos el escaparate de prostitución de la propia calle y las propias prostitutas se llega a Costello, una sala con cierto carisma que goza del encanto perfecto para citas musicales en directo de nivel reducido. Bajando a uno de esos sótanos de ladrillo viejo y arcadas de las que ya no se saben hacer se encuentra un escenario propio de pub británico de los de verdad, no de aquellos que hay a cada esquina como sucursales de hamburguesas. Al bajar las reducidas escaleras me encontré con una sala casi vacía y un tipo apoyado en la barra bebiendo un gin tonic. Una larga trenza cuelga a cada lado de sus orejas sobre un cuerpo de leñador grande y robusto. No me gustaría tener que enfrentarme a él.

Aquel tipo moreno, de ojos hundidos bajo una frente dura y brillante con pinta de esos apaches que montan casinos con sus propias leyes en zonas protegidas de Estados Unidos como recompensa a los años que los que se creen padres de la democracia fueron mutilando su raza, era Richard Buckner, un hombre que parece extraño en todo paraje que no tenga de fondo un gran bosque.

Buckner arrastra tras de sí palabras de elogio absoluto en su país, donde se mueve como una figura libre entre desiertos con viejos cadillacs, pueblos casi fantasmas al sur donde sólo se oye el rechinar de mecedoras. El propio Justin Vernon –sí, Bon Iver- quedó prendado ante sus letras, donde se conforman parajes melancólicos que rozan el drama costumbrista. El sello Merge, uno de los culpables de que lleguen artistas tan buenos como M.Ward, Lambchop, Wye Oak o The Magnetic Fields a nuestros odios, cuenta también con el californiano. Acostumbrado a llenar locales en EE.UU., como un mesías de guitarra y voz profunda, ahora le tocaba plantar el suelo por primera vez en España. No llegábamos a treinta. Aquí no cala su mensaje.

El hombre en cuestión venía a presentar Our Blood, el último álbum de una carrera discográfica que se extiende a mediados de los noventa cuando hizo irrupción en la escena country de Estados Unidos con Bloomed. Aquel tipo grande descansó su espalda sobre un taburete que no hacía otra cosa que resonar con sus leves movimientos, imitando esas mecedoras, y comenzó a hacer sonar esas canciones sin apenas pausas, sólo para mostrarse sorprendido por el paisaje que rodea al local –las putas- o para resoplar y acabar pidiendo que le jodan a uno de las dos docenas de asistentes que olvidó apagar su móvil.

Entre esos dos actos se sucedieron una decena de canciones en poco más de una hora en las que una voz que recordaba al Eddie Vedder más folk susurraba a la oreja de los asistentes repasando parte de su extenso repertorio y haciendo gala de ese último trabajo que ha creado y que, posiblemente, sea lo mejor de su carrera. No llegábamos a treinta, pero parecía que Buckner nos cantaba en soledad.

J. Castellanos
J. Castellanos
Periodista. Formó parte de HABLATUMÚSICA.com de 2011 a 2014, llegando a ser redactor jefe.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Popular

Relacionado
MÁS COMO...

Se acabó el rock and roll: HABLATUMÚSICA dice «hasta pronto»

Tras casi cinco años como medio, HABLATUMÚSICA dice "hasta pronto". Esperamos que hayas disfrutado tanto como nosotros.

Escucha ‘Popular Problems’, el nuevo disco de Leonard Cohen

Leonard Cohen estrena en streaming su decimotercer álbum de estudio, 'Popular Problems', a través de la web de NPR.

Miley Cyrus se atreve a versionar ‘Babe I’m Gonna Leave You’ de Led Zeppelin

Miley Cyrus deja el twerking y las lenguas pseudo provocativas aparte para versionar 'Babe I'm Gonna Leave You' de Led Zeppelin.

¿Cuánto sabes de Oasis?

¿De verdad te consideras un fan de Oasis? Demuestra que lo eres superando esta decena de preguntas que hemos preparado.