El único día que llueve me toca ir a un concierto. Esa es mi suerte, así que no hay más remedio que tragar agua y llegar entre los empujones del centro navideño de Madrid a la Joy Eslava; menos mal que quienes tocan son The Right Ons y voy con ganas de ver cómo son sus siempre tan aclamados directos. Y he de decir que ahora entiendo aún más eso de seguir defendiendo el rock n’ roll nacional.
Las salas ya no se llenan como antes, ni siquiera como hace un año, pero el casi completo del teatro Eslava vibra antes de que salga la banda. Ponen un pie en el escenario y la electricidad del espectáculo no decae hasta el último suspiro, mezclando su anteriores temas en inglés con los nuevos en castellano que contiene esa ascendente pieza de rock and roll que va cuajando a cada escucha: ‘Volcán’ (3 Cipreses, 2013).
El desparpajo con el que se desenvuelven encima de un escenario solo se ve igualado por el carisma de su cantante, Álvaro, quien se intercambia el rol de vocalista con Ramiro, su batería; pero estamos hablando de una banda, una íntegra y cohesionada, alejada de egos o protagonismos unipersonales. Por eso transmiten esa fuerza como banda, sea con ‘Quiere Bailar’ o con la espectacular única bajada de velocidad en ‘Lento Final’, donde toda la enérgica celeridad de la banda se transforma en un portentoso grito melancólico.
Se lo pasan bien y se nota, por eso el público lo disfruta más. El constante ajetreo en el escenario les lleva de un lado a otro, siempre de manifiesto su compenetración y cambiando inteligentemente el foco de atención según el momento. Los espectaculares solos de guitarra de Rafa dejan sin sentido, virtuosos y salvajes, hacen gritar a las cuerdas en la línea de la escuela Hendrix.
Es el momento de alzar la voz y sentirse orgulloso de quiénes somos, de ahí el paso al castellano y su aplicación al directo. Antes de ‘Adiós’, hacen la obligada referencia a la sufrida situación que vive nuestro panorama musical y les dedican la canción con una buena patada a los culpables. Pero esto es una celebración, por eso sus directos temas -más root rock en su vertiente anglosajona, más dados a la improvisación setentera- nunca flaquean, desde los riffs llenos de vitalidad hasta los giros de psicodelia espídica.
La imagen se congela, lo músicos se quedan petrificados y, después, llega la auténtica explosión de una fingida nieve de papel, tras la cual cierran en un bis que protagoniza su hit ‘On the Radio’. Los agradecimientos suceden, la cercanía es una constante y el vigor de su espectáculo no tiene fin, por eso me alegro incluso de acabar empapado y haber disfrutado de una de las mejores actuaciones de rock and roll, nacional, internacional o interplanetaria, me da igual; The Right Ons y punto.