El paso de Triángulo de Amor Bizarro por Barcelona fue fugaz. 50 minutos de concierto que bien podrían ser motivo de queja, pero que visto lo visto no suscitaron un solo refunfuño. Con Isa Cea al frente, los gallegos llenaron con su ruido toda la sala Music Hall e intercalando piezas de sus tres trabajos, firmaron una actuación notable.
“Buenas noches. Sabemos que está jugando el Barça. Venimos a dar por el culo”. Esta fue la cálida salutación que propinó Isa a los presentes, que poco a poco llegaban y hacia las 11 el recinto catalán presentaba un buen aspecto. La batería, potentísima, marcaba el inicio del concierto con Muchos blancos en todos los mapas, pieza de su Año Santo (2010). El primer bloque de temas fue duro, la parte más psicodélica de TAB salió a relucir, con gran protagonismo de Rodrigo Caamaño a la guitarra, excelente director de orquesta como siempre.
La envolvente Estrella Azul de España dio un merecido descanso a los tímpanos de los asistentes y marcó el inicio de su repertorio más conocido. A pesar del reducido tamaño de la sala el sonido de nuestro triángulo preferido fue fantástico. El compás inconfundible de El fantasma de la transición enloqueció a los más gruppies, que ocupaban las primeras filas a escasos centímetros de Isa. Fue una de las mejores piezas del recital (sino la mejor), y pese que han tocado infinidad veces, suena igual de fresca y vital que antaño. De la monarquía a la criptocracia completó el famoso doblete y cerró la faceta más punk de la formación.
Cuando rozaban la hora de actuación, un adiós y hacia el camerino. La gente, expectante, esperaba un bis que finalmente no llegó, y las luces y la música (el mítico Around the world de Daft Punk) certificaron el punto y final del concierto. Un concierto que a pesar de su brevedad, sirvió para confirmar que Triángulo de Amor Bizarro siguen en un estado de forma excelente. Podéis leer aquí la entrevista que les hicimos desde HTM.
Sam Gutiérrez