Cantante, compositora, pianista… sólo tiene 24 años, pero la vocación artística le llegó hace más de una década. Nacida en California pero criada en Chile, Francisca Valenzuela es una joven simpática, atenta, muy madura y con las ideas muy claras que admira a Trent Reznor y se opone a la ley SOPA. Recientemente pasó por la sala Costello de Madrid para presentar Buen Soldado, su segundo trabajo, con el que se da a conocer en España.
HTM- ¿Cómo te ha recibido el público español?
F- Creo que estuvo muy bien, es la primera vez que estamos al otro lado del charco desarrollando el proyecto acá en España, y estoy súper contenta porque después de estar trabajando en Chile y Estados Unidos, poder venir era una fantasía. El show fue la carta de presentación y era muy importante para mí que la gente lo conociera, porque creo que nuestro fuerte es el directo más que el disco, para que la gente viera que son canciones propias y que hay una banda completa que toca en vivo. La reacción fue muy positiva.
HTM- Tu primer disco se titulaba Muérdete la lengua (2007) tanto esa canción como la de Buen Soldado suenan peleonas. ¿La composición sigue siendo un arma de reivindicación?
F- No lo veo así exclusivamente, pero se fue dando de forma natural dentro de la composición. Me parece que hay una dualidad: está la parte confesional y visceral del cantautor, que en Buen Soldado pueden ser canciones como Corazón, que es vulnerable y penosa y Quiero Verte Más que es más deseosa y otro más conceptual, que tiene que ver con proponerse algo y comunicar algo puntual; Buen Soldado es así, una historia puntual, un tipo de personaje con un tipo de actitud. Y hay una veta más contestataria, con canciones más políticas y críticas. No es algo prefabricado, pero se ha dado así.
HTM- Vivimos unos tiempos especialmente conflictivos. ¿Volverá la canción protesta?
F- En mi caso, mi primer disco tiene una canción protesta titulada Poderoso, que la escribí originalmente en un concepto mucho más anticorporativo, antiamericano incluso, en la época de las intervenciones en el Líbano, algo muy específico, pero es aplicable a lo que está pasando ahora con los gobiernos. Buen Soldado conserva eso y conversa acerca del abuso del poder, los problemas sociales a raíz de la desigualdad… Está Crónica, sobre un hombre que va a la cárcel y todo el mundo sabía desde el nacimiento que eso iba a ocurrir, como pasa ahora en los barrios marginales, y Salvador es una crítica a las carencias del liderazgo político apelando a las figuras poéticas de la política antigua. Existe un resurgimiento de todo eso, el 2011 ha sido un año de mucho movimiento y como dijo la revista Time, el protagonista fue el manifestante. La juventud está muy activa y tiene ganas de comunicarlo. Y poder hacerlo desde una plataforma musical no es obligatorio, pero es interesante.
HTM- ¿Y cómo debería ser un buen soldado?
F- No lo concebí en un sentido militar o bélico, sino más como un concepto poético en torno a un tipo de actitud que tiene que ver con la perseverancia, hacer las cosas bien, avanzar, emprender, la disciplina…. Más allá de que me gustaba mucho la canción y que es un personaje puntual en la historia, cuando empecé a pensar en el título del disco me gustó que también encapsulaba la idea de la lucha por una causa y fueron muchos años trabajando en el disco, decidiendo qué hacer, y ese descubrimiento, ese aprendizaje y esa insistencia en hacer las cosas como uno quiere también encapsula esa sensación de ser bueno, buen trabajador, buen soldado.
Hablando de poesía, nos citamos con Francisca en la sala Pablo Neruda de la Casa de América, pura casualidad, dado que la chilena dio sus primeros pasos en el mundo de la cultura como poetisa. En 2011, con sólo trece años, publicó su segundo libro, Abejorros/madurar, que llegó a editarse en España, y tal como cuenta Francisca, se criticó al lado del segundo libro de Frank McCourt – “No podía creerlo”, aseguró – y el adelanto que recibió por él fue “la plata” que hizo posible su primer trabajo musical.
HTM- ¿Y qué artista te animó a querer dedicarte a la música?
F- Siempre me ha interesado la música, pero el tema del texto se dio antes. Siempre estaba componiendo y a los 13 años tenía la ambición de hacer música, pero no como las niñas de la generación Disney. Estaba en Chile, en el colegio y aunque le hubiera dicho a mi madre que me llevara a Hollywood, no iba a pasar. No tenía esa fantasía de perseguirlo de pequeña, luego fui a la universidad y fue muy bueno. Ha ocurrido de forma paralela, pero luego la música se convirtió en algo más importante, de forma muy natural. Sigo escribiendo, pero no tanto como antes, porque ahora escribo en la música.
HTM- ¿Y cuáles han sido tus principales referencias e influencias?
F- De todo, desde la literatura misma, poetas como Dorothy Parker, Sylvia Plath y Seamus Heaney y tuve un acercamiento muy grande al cantautor Paul Simon y al tema de la adaptación de la poesía en la canción. Luego ya empecé a derivar en el mundo del pop con Prince o Michael Jackson y de las cantautoras como Patti Smith. Son cosas que me emocionan más que ser algo que quisiera imitar.
Con la oleada de artistas y bandas llegadas de Lationamérica, concretamente de Chile, como Dënver o Javiera Mena, resulta inevitable no incluir en ella a Francisca. “Hay una ola muy proactiva, y es un honor formar parte de ella. Cada uno tiene su rollo y su proyecto y eso es importante, porque no consiste en empaquetarlo para ver si funcionó o no”, explicó. “Hay músicos nuevos con propuestas un poco más alternativas de lo convencional para el mundo del pop latino.
HTM- Y ese pop alternativo está en la línea de nuestro indie. A ti te han etiquetado como ‘indie latino’. ¿Te identificas con esto?
F- A mí siempre me queda la duda de a qué se refiere uno con lo de ‘indie’. Cuando surgió el concepto, se trataba de Sonic Youth, que rechazó el sistema institucional de las disqueras. En ese sentido lo soy, no tengo disquera multinacional, es un trabajo de equipos alternativos e independientes, un management y un sello local en cada territorio, no hay un músculo empujándolo todo. Pero no es indie en el sentido de que no hay un rechazo a la popularidad, porque creo que las cosas tienen que crecer de forma natural y en mi caso fue así, porque yo era muy indie, tocaba en bares, de repente hubo un boom y ahora toco en los 40 Principales de Chile. Más allá de la idea que hay acá de andar con pitillos y tocar la guitarra, no sé, la actitud indie es que sea algo orgánico, natural y auténtico, pero no esa obsesión de no querer crecer. Creo que todos quieren que su proyecto, mientras se respete su integridad artística, se pueda desarrollar lo máximo posible.
HTM- ¿Y cómo ves el intercambio musical entre España y Latinoamérica?
F- Es cierto que, de forma paralela, hay un circuito con artistas muy proactivos que están participando en festivales internacionales, porque yo conocí a Russian Red el año pasado en Austin City Limits, luego están El Guincho y Delorean, he estado escuchando a We Are Standard… Hay un circuito más consolidado que tiene autonomía y relevancia, y en Chile está pasando lo mismo, ya no es el producto pop de la mujer bailando o la banda de rock convencional de los noventa, hay algo entremedias que está creciendo. En ese sentido España va por delante y ojalá que en Chile pueda crecer de la misma manera y que se de ese flujo cultural internacional.
Francisca, abierta a todo tipo de colaboraciones, ha sido telonera de Shakira y ha cantado con U2, pero su sueño sería trabajar con el fundador de Nine Inch Nails, Trent Reznor. “Es un genio musical”, afirmó. Hablando de las últimas bandas sonoras creadas por Reznor, una sorpresa más: además de poemas y canciones, la chilena ha compuesto música para documentales y para el teatro. “Me han ofrecido trabajo en eso, pero afortunadamente la prioridad ha sido trabajar en mis cosas de una forma más enfocada”, aseguró. Y todavía le gustaría dirigir y tener más tiempo para pintar.
HTM- Como artista independiente y tan polifacética, ¿qué opinas de la ley SOPA?
F- No estoy a favor. Entiendo que haya recelo entre los artistas que quieren cuidar su propiedad, yo soy muy recelosa, pero no con los usuarios ni con el consumo cotidiano del arte y de la música, sino con las corporaciones que abusan. A mí me ha pasado, ha habido marcas que utilizado mis canciones sin pagar y la telefonía móvil que quiere regalar tus canciones, cuando son corporaciones que no les van a pedir a nadie más que regale su trabajo. Estoy en desacuerdo con ese tipo de abuso y explotación del contenido intelectual, pero no creo que la solución sea una ley tan estricta y acaparadora, que no va a funcionar y no va a poder controlar nada. Soy una usuaria muy activa en redes sociales, comparto muchos contenidos y creo que las cosas se van a balancear por la inteligencia de la gente, el flujo de contenido se va a controlar solo. Van a ver otra manera de solventarlo, pero no puede ser con una medida tan extrema, irreal y rara, porque, ¿qué pasa con Estados Unidos? ¿cómo va a acatarla el resto del mundo? Hay unos intereses corporativos por encima de lo que quiere la ciudadanía, es como un chiste. Además, todos se verán afectados, ahora todo funciona mediante el poder del hype y del boca a boca. Es mucho más importante regir otras medidas que pueden contribuir a la propiedad intelectual y al control de calidad de las cosas.
HTM- Tienes experiencia en grandes festivales como Lollapalooza y Austin City Limits. ¿Te veremos en alguno de los nuestros? ¿Cuáles son tus planes para el resto del año?
F- ¡Ojalá, me encantaría! Ahora tenemos gira por Chile, fechas en Estados Unidos y México hacia marzo-abril. Después la idea sería volver acá a dar conciertos y ojalá estar en algún festival, ya sé que tienen muchísimos.
Buen Soldado se publica el próximo 6 de marzo / Agradecimientos a Mushroom Pillow.