Pecker vuelve con Comercial, su cuarto disco de estudio que te ofrecimos en exclusiva. Para adentrarnos en su trabajo, quedamos con Raúl, el hombre que se oculta detrás de la portada, en un café de Huesca. Llegó con esa barba desaliñada y ya algo canosa que no consigue esconder ese bigote que servía para reconocer a Pecker desde el otro lado de la calle. De negro, en contraste con su música colorista, aunque no con su espíritu algo melancólico, irónico y triste en ocasiones. Seguro de sí mismo, con la prisa de quien trabaja 25 horas cada día y con la calma de quien ha pasado por cientos de entrevistas.
HTM- ¿Vuelve el Pecker más comercial?
Pecker- No sé. El término comercial es muy relativo. Por un lado se puede utilizar para referirse al mercado, al intercambio de algo por dinero. Por otro, como aquello que está frente a lo indie, lo que me parece una lucha bastante absurda. Creo que el concepto indie se refiere a una manera de trabajar, no a un género en concreto. Si sirve para localizar un tipo de música en un cajón, perfecto, como el resto de géneros. Pero hay cosas indie que son comerciales. En cuanto al título del disco, intento ir más allá de este enfrentamiento y provocar. Y es que no se me ha sabido colocar en un género, ya que tengo cosas de varios géneros.
HTM- Esa manera de trabajar ‘indie’ de hacerlo todo uno mismo, ¿supone una gran presión o alivia al tenerlo todo controlado?
Pecker- Hay pros y contras. Se siente mucha presión y puede ser un inconveniente para ir chequeando tu trabajo. Yo siempre he trabajado así desde el principio. En este disco, cuando me sentía perdido, acudía a María, mi esposa, para que me sirviera de espejo y me dijera lo que opinaba. La producción también es cosa mía al 100%, por lo que ha cambiado mucho desde el primer disco, cuando sólo llevaba una guitarra acústica. Ahora me gusta controlar todo para que salga lo que tengo en mente.
HTM- Es curioso que cuanto más has aprendido más has ido acotando el estilo de tu música.
Pecker- Antes había algo de hip-hop en mi música, y en Comercial brilla por su ausencia. También es porque he tenido la oportunidad de darle salida a través del EP que he grabado recientemente con Manso de The Pinker Tones, Interludio. Puede que por eso el resultado haya sido muy muy pop.
ME COSTO MUCHO DECIDIRME A ESCOGER UN SINGLE PARA COMERCIAL
HTM- Además, así como antes los anteriores discos tenían singles más claros, en este trabajo hay una sensación más de disco.
P- Sí. Supongo que se debe en parte a que antes componía una canción y la grababa. Con Comercial compuse primero todos los temas. Además, también hay una anécdota respecto a esto, ya que me costó muchísimo escoger el single. Me ponía por el medio del campo a trabajar escuchando las 4 o 5 canciones que tenía grabadas para elegir una, y siempre que saltaba No- Todo lo que No me volvía loco, así que me decidí. Pero es cierto que por todas partes donde he leído reseñas al disco es curioso que no se dejan de nombrar ninguna de las canciones, lo que me hace sentir bastante orgulloso de mi trabajo.
HTM- Tras tantos discos y años, parece que poco queda de aquellas letras metafóricas de los anteriores discos, que han dejado sitio a otras más irónicas.
P- Antes tenía unas letras más metafóricas, ahora prefiero ir más al grano. Mi música también se ha llenado de ironía. Especialmente temas como Dulce Porvenir. Cuando la compuse, María me preguntó ¿seguro que lo van a entender? Esa y Tú no Eres lo que Espero de Ti no tienen nada que ver con Amor en Alta Definición. Ahora me quedo con la respuesta positiva que ha tenido el disco. Desde la crítica y el público han dicho cosas muy buenas de Comercial, lo cual alegra, porque uno pierde totalmente la mirada objetiva después de estar tanto tiempo enfrascado en el disco. Tiene que venir alguien y decirte si lo has hecho bien o no para que te lo creas.
HTM- Ahora que vas a empezar la gira, ¿nos puedes decir cuál es el público que más echas de menos?¿Ese llamado culto que escucha quieto y saboreando cada canción, o el que se deja llevar por el ritmo, los saltos y los gritos de ánimo?
P- Es difícil responder (risas). Para que el desarrollo del concierto vaya bien es mejor el público más tranquilo, aunque eso no quiere decir que no me guste el público más animado. Como artista, me gusta que exista comunicación entre el músico y el público, te hace sentirte seguro escuchar los gritos de ánimo de la gente y coges confianza para hacer lo que la gente seguramente espera de una actuación en directo. El problema es que el público preste menos atención.
HTM- ¿Es más difícil llenar las salas con la llegada de la crisis?¿Los precios están demasiado altos o la gente pierde interés por la música en directo?
P- En 1991 yo compré discos por casi 3.000 pesetas y ahora en la actualidad valen cerca de 15 euros, así que valen lo mismo. Decir que los precios están altos es una demagogia. Los libros también son caros y la gente los compra igual. En cuanto al público, es cierto que cada vez va menos gente a los conciertos. Seguramente está cambiando el hábito de la gente por ir a ver música en directo. ¿Por qué? Es una pregunta que me ronda la cabeza y me gustaría saber la respuesta. Nunca se había escuchado tanta música y sin embargo la gente no quiere ver música en directo.
HTM- ¿Tal vez han surgido nuevas formas de disfrutar de la música sin tener que prestar tanta atención?
P- Está claro que la gente lo que necesita es liberarse de sus problemas y lo hace en su tiempo libre. Cada vez la gente es más hedonista y da más pereza tener que pensar. La gente quiere ir a un sitio donde pueda olvidar sus problemas. Por mi parte, tengo un lado soleado que seguramente ayuda, aunque, como un amigo ya me dijo una vez, mis letras no son tan alegres como parece. Sólo hay que leerlas detenidamente para darse cuenta de que tienen un lado oscuro. Yo creo que mis letras son más positivas que optimistas.
HTM- ¿Ha cambiado el pop de hace años, cuando parecía precisamente la vía de escape para no pensar y dejarse llevar?
P- Cuando era pequeño, la música pop parecía cosa de niñas. De joven a mí me gustaba el rockabilly, no fue hasta años después cuando me empezó a atraer el pop. Puede que hedonismo se haya ido a otros derroteros que no corresponden al pop. El pop actual o el indie pop de algunos grupos también llora. ¿Y por qué no? El pop no es algo excluyente.
SI LA GENTE SUPIERA LA MUSICA QUE ME GUSTA, PENSARIA QUE ME HE VUELTO LOCO
HTM- ¿Cómo puede alguien con unos gustos variados y una cultura musical extensa como la tuya centrarse en un sólo género?
P- Es realmente difícil centrarse. Yo enfermo muchas veces cuando escucho cosas que me encantan. Me digo: ¡Quiero hacer esto! Puede parece extraño que me guste desde un disco de death metal hasta uno de rap. De hecho, si me escuchara la gente gritar en mi casa, se sorprenderían o creerían que me he vuelto loco. Me acuerdo que hace no mucho vi a Standstill en concierto y en ese momento deseé ser Ricky Falkner y tocar el bajo en el grupo.
HTM- ¿Qué es lo que le recomendarías a los grupos que están empezando y que sólo conocen y aprecian un género de música?
P- No me parece bueno cerrarse. Lo más importante en la música es dejarse llevar. Estamos influenciados por nuestra experiencia, por los gustos de alrededor, por la prensa que leemos… Eso nos hace tener prejuicios sobre cosas que no conocemos sólo por haberlo leído en algún sitio.
HTM- ¿Habrías tenido algo que decir si hubieras subido a recoger un premio a la última edición de los Premios Goya?
P- (risas). Al final, sólo puedo decir: Que viva la música. Lo he dicho en varias ocasiones cuando he tenido la oportunidad de subirme a recoger un premio. Pero es que es lo importante, que nos liberemos, sobre todo en una situación como esta. Diría otras muchas cosas sobre la situación social y política, pero creo que no procede. Así que, una vez más ¡Que viva la música!
- fotos: Carlos Naval
- agradecimientos: Pecker