Quimonos blancos con bordados brillantes, trajes discotequeros llenos de lentejuelas, raso, pantalones de campana, chupas de ante… todo esto y más se puso encima el grupo sueco Abba. Todos pensábamos que simplemente era parte de su hortera forma de ver el mundo, parte del espectáculo y de su cultura pero no… lo hacían porque la ley sueca desgrava la ropa de los artistas siempre que fueran vestimentas de fantasía que se distinguieran completamente de la ropa de calle.
“No creo que nadie vistiera tan mal sobre un escenario como nosotros». Ha reconocido Björn Ulvaeus, el de la barba. ‘Abba: The Official Photobook‘ es una mirada al pasado de la banda y debe ser duro recordar aquellos años tan horteras.