Arrancaba el jueves una edición de uno de los festivales con mayor asistencia (por no decir el que más) de España. El evento tiene muchos conciertos en diferentes horarios y escenarios, con la suerte de que, la distancia entre unos y otros es relativamente pequeña y permite compaginar la asistencia de varias actuaciones.
Nada más llegar pudimos ver cómo entraba Lourdes de Russian Red en el escenario Maravillas, que a pesar de su calidad y sus esfuerzos sólo tenía ganada a una pequeña parte del público. Se podía explicar por el hecho de que los asistentes a este primer día eran en su mayoría británicos o franceses, venían con ganas de fiesta y se encontraron un grupo con buenas baladas al que desconocían.
En el escenario Jack Daniel’s se congregaba la mayor parte del público cuando subieron The Paris Riots. Un directo intenso, rápido, justo lo que se necesitaba en ese momento. The Paris Riots, siendo una de las bandas menores, fueron la clave para disfrutar de la primera tarde en Benicassim. Uno de los ejemplos de la apuesta de este 2011 del FIB.
Las nubes se estaban dispersando del todo y vino la noche para recibir en el Fiberfib.com a Congotronics vs Rockers, un grupo que condujo a todo el mundo por momentos psicodélicos y pasajes de trance. Quizá abusaron mucho de los ritmos repetitivos que evolucionaban muy progresivamente, pero lo hacían de una manera tan meticulosa y medida que llegaron a ofrecer instantes realmente mágicos.
Apenas dio tiempo de disfrutar del directo apabullante y rítmico de Plan B, un grupo que, para sorpresa de unos cuantos, hizo completamente suyo el escenario más grande del recinto; que tuvimos que ir rápidamente a ver a Dorian. Llama la atención que la apuesta de este año del FIB ha pasado a dejar de lado su habitual cuidado por las bandas de música electrónica a favor de los grupos que sientan las bases de su música en guitarras eléctricas y duros ritmos de batería. Sin embargo, en cuanto a las bandas españolas, se ha decantado totalmente por el pop alternativo suave, siendo que hay grupos españoles muy válidos para festivales a los que la escena independiente parece dejar de lado.
Dorian mostraron una apuesta tibia e imprecisa, no sabían si ser blandos, duros, dance… Fueron tan ambiciosos que quisieron serlo todo, y se quedaron a medio camino. Hubo momentos de auténtica comunión con el público, más fruto de los conocimientos que la gente tenía de los discos que de la capacidad de Dorian para transmitir algo intenso al público. Estaban demasiado ocupados exprimiendo al máximo su hit: A Cualquier Otra Parte.
Cuando anunciaron que Crystal Fighters subían al FIB Club tuvo lugar uno de los momentos más memorables del festival. Los amplificadores emitieron un sonido tan grave y fuerte que temblaban los pantalones y la ropa de todo el que se hubiera reunido allí mientras se colocaba cada uno en su posición. Ritmo, ritmo y más ritmo, Crystal Fighters desataron por primera vez en el festival la locura generalizada. Los vasos volaban, saltaban unos por encima de otros, … Crystal Fighters había conquistado al público. Cuando gritaron por el micrófono las palabras: I love London; dio la impresión que el suelo se venía abajo, para entonces ninguno de los miembros del grupo tocaba un instrumento que no fuera de percusión.
Dirigiéndonos al concierto de The Streets ya sentíamos que el ambiente cambiaba: rap y hip hop. Las bases rítmicas y la voz nos llevaron a todos a otro lugar, completamente alejado de todo lo que habíamos estado escuchando hasta entonces. Esa es otra de las habilidades de los festivales, reunir a grupos buenos de diferentes estilos en espacios reducidos.
Con The Streets terminó la buena música del jueves, y tomaron la escena una serie de despropósitos de música electrónica dura y djs pinchando a Tom Jones.
Ya el viernes abrió nuestro festival particular con Nudozurdo, grandísima sorpresa para el público extranjero. Hasta las canciones lentas sonaron de manera diferente en el escenario, una clara muestra de que las bandas de aquí están perfectamente a la altura de un festival como este.
Brandon Flowers salió al escenario con más carácter que algo que ofrecer. Ya siembra numerosas dudas entre los amantes de los Killers, pero lo importante es lo que se ve en directo. Iba rodeado de una banda increible, y hicieron interpretaciones que impresionaban por lo organizado de todos los detalles. A pesar de la profesionalidad de todos los músicos y que gran parte del público estaba completamente volcada con la actuación la propuesta no acabó de cuajar del todo, y hasta hubo momentos en los que se notó al cantante incómodo. El mensaje era claro, Brandon Flowers en solitario no acaba de funcionar.
Tomaron el gran escenario Elbow, un grupo reconocido y apoyado por crítica y músicos. Se dedicaron, literalmente, a dormir al público. A pesar de que el espectáculo fue brillante y el público estaba animado, Elbow dedicaron su repertorio más suave al comienzo de su actuación lo que un viernes a las once y media no suele dar buen resultado. Estuvieron bien, pero lidiaron con un horario difícil para ellos teniendo en cuenta que detrás iban los reyes: The Strokes.
Una vez se abrió la veda con el Angles de The Strokes todo el mundo se subió al carro de criticar a la que ha sido, y es, la mayor banda de la primera década del siglo XXI, pero es en el escenario donde las bandas tienen que demostrar su calidad. Los neoyorkinos hicieron gala de una actitud seria y se quedaron plantados en el escenario como hacían cuando allá por 2001 presentaban su Is This It? Apostando sólo por la música y la actitud más que por el espectáculo. Tocaran lo que tocaran levantaban al público con una habilidad increíble, incluso con los temas de Angles (Gratisfaction, Taken for a fool, Undercover of Darkness y la grandísima Life is simple Under the Moonlight). The Strokes regalaron dos de las canciones imborrables del festival, la balada Under Control, que nadie esperaba que se convirtiera en un momento tan mágico, y Reptilia.
Después Zombie Zombie nos llevaron hacia algo más cercano al ritmo que se disfrutaba en el FIB por la noche, para mantener despiertos a las decenas de miles de personas que por ahí danzaban.
En el escenario maravillas de nuevo, despidieron la noche Friendly Fires que tuvieron pasajes épicos que trasladaron al público un poco más cerca del cielo abierto de la noche de Benicassim. Increible sorpresa la calidad de esta banda en directo que se llevaron al público en el bolsillo dándolo todo en el escenario. Un grupo sólido para despedir una jornada casi perfecta.
Foto Portada: FIB / Fotógrafo: oscarltejeda
F.Naval